martes, 30 de septiembre de 2008

Dixie: Robert E. Lee, Margaret Mitchell y Ava Gadner




Cuando era joven leí la novela de Margaret Mitchelll "Lo que el viento se llevó" y me gustó mucho. Entonces mi amigo Juan se compró un reproductor de video, no recuerdo si Beta o VHS y nos propuso estrenarlo viendo una peli. Yo sugerí ver "Lo que el viento se llevó", recuerdo que iba en dos cintas, y los pobres, sobre todo Rafa, se dormían en el sofá, mientras yo la miraba entusiasmado. Recordando aquello con una sonrisa (y también a mi héroe Robert E. Lee de Virginia y Ava Gadner de Carolina del Norte), he grabado Dixie con un par de guitarras, no está perfecta, ya lo sé pero así es como me puede salir sin esforzarme mucho. Eso sí, si fuera una grabación en un estudio hubiese quedado infinitamente mejor, desde luego. Aquí hay algún fallo y algún ruido que se cuela. Que quede claro que estoy absolutamente en contra de la esclavitud, no debería hacer falta ni decirlo pero por si acaso...
  

lunes, 29 de septiembre de 2008

L'home que tocava el clàxon quan estava trist


En quant s'alçava un poc d'aire i li entrava terra en els ulls. Al final, després d'anys, es va comprar unes ulleres estil aviador de la Gran Guerra, tancades. El seu problema era que mai aconseguia traure's li la terra, a pesar de llavar-se amb abundant aigua o portar sempre una ploma per a intentar-ho no ho aconseguia. Així que s'anava acumulant la terra en alguna part del seu cos. Ell ho sabia. Li agradava pensar que quan el soterraren, una xicoteta porció de terra aniria ja amb ell incorporada. Terra de la seua bona terra i, també, dels seus escassos viatges. És que en els seus viatges es llevava les ulleres quan bufava l'aire, era una cosa molest però valia la pena. Quan passava al costat de les velles pedres de la seua ciutat pensava que estaven allí des de feia segles i seguirien estant quan ell se n'anara. Llavors, la tristesa, com la terra, li entrava pels ulls i ja no s'anava mai i Vicent tocava el clàxon. Ell mai no el va saber però va ser just el dia que feia 30 anys, 30 mesos i 30 dies del seu naixement. La nit d'eixe dia es va produir la ruptura final amb la seua xica i Vicent es va pujar al seu cotxe. Abans d'arrancar-ho va connectar el reproductor de CD. La primera cançó va esclatar dins del vehicle. El bateria donava un colp en el plat, xafava el bombo, el baixista polsava la tònica, els guitarristes feien sonar el mateix acord però en inversions distintes i també s'escoltaba un piano, tot al mateix temps, clar, i llavors, quan perdia un poc d'intensitat, just un compàs, la veu del cantant entrava, doblada en estudi i amb accent de Liverpool. Quan va girar la clau l'aparell es va desconnectar per a tornar a connectar-se una vegada arrancat el motor però Vicent no el va deixar seguir. Després d'uns girs que va enfilar el túnel, el més llarg de la ciutat, i potser a causa de l'hora però segurament per simple casualitat, ningú passava per ell en aquell moment i va estrényer el centre del volant. Va seguir estrenyent el clàxon fins quasi el final i les llàgrimes van fluir dels seus ulls. Sense xanglots, sense mala cara, eixes llàgrimes es van emportar les xicotetes partícules de terra que tants anys havia acumulat i van

sábado, 27 de septiembre de 2008

Nick Cravat y Harpo Marx




Ayer, otra siesta-desastre más, muerto de sueño y sin poder dormir. No pasa nada, hago lo habitual, cojo una guitarra eléctrica y, sin enchufarla, toco mientras veo la tele un rato. Es algo que hago desde que empecé a tocar la guitarra y tiene que ser algo muy, muy interesante lo que echen por tv para que esté sin hacer nada viéndola. Emiten "El halcón y la flecha", no sé, igual la he visto diez veces pero qué increíble pareja de acróbatas eran Burt y Nick. Es una mezcla entre Robin Hood y El temible burlón pero una mezcla genial. De niño me fascinaban esas películas y, como casi todos los hombres no terminamos de madurar, me siguen gustando. Dicen que Nick no hablaba en los films por su acento de Brooklyn, que no pegaba en esas películas de época. También dicen que Harpo no hablaba porque no le gustaba lo que los guionistas escribían para él. Otro gran tipo que también encantaba a los nanos no sé exactamente porqué pero me lo imagino.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Ca la yaya


Mi hermana mayor, que entonces se llamaba Conchi, después de tantos años se sigue llamando igual, y yo nos peleábamos mucho pero una vez se pasó un mes en Madrid y cuando volvió le prometí no volver a pelearnos nunca, cosa que, por supuesto, no cumplimos pero es verdad que la eché mucho de menos. No éramos malos pero jugando las hacíamos gordas aunque sin malicia. Mis tíos montaron un taller de relojes artísticos de bronce y lámparas, siempre llevaban algunos modelos a su casa hasta que los vendían, le hacían los dientes largos a la pobre mujer, mi abuela, y luego se quedaba con las ganas. Mi abuela siempre contaba esto, en la salita que daba al balcón por alguna razón había un tablón grande, lo colocamos sobre el marco de la puerta del balcón y nos columpiamos, colocándonos uno en cada extremo. Como no estaba fijo iba bailando y en uno de esos vaivenes, al subir y con el impulso del balanceo, sacó la puerta de las bisagras, la apoyamos contra el marco para que no nos echaran la bronca y nos fuimos a otra habitación a jugar. Ese día habían traído una lámpara de mesa con muchas tulipas, me parece que eran azules, y jugando los dos le dimos un golpe y acabó en el suelo. Cuando la yaya Concha y mi tía Conchi (qué lío de familia con tanta Concha, también tengo una prima que se llama así) terminaron de recoger los muchos cristales rotos y bombillas, decidió ir al balcón a que le diese el aire y al intentar abrir la puerta del balcón se le cayó la puerta encima. No se me olvidan los libros que teníamos entonces, como por ejemplo, uno, muy típico por otra parte, que trataba sobre los niños del mundo. Tenía dibujos con los trajes típicos y algunas costumbres (ya sabes, el francés se llamaba Pierre y detrás tenía la torre Eiffel) todo tópicos pero me gustaba. Mis favoritos eran los indios americanos y los lapones. Por supuesto el primer libro que recuerdo en mi casa es la Biblia, bastante antes de saber leer me enseñaron el principio del libro de Job y a medida que lo recitaba iba pasando el dedo por las palabras mientras miraba con atención y daba la impresión que leía. La gente se sorprendía pero era trampa. No sé que edad tenia, igual cuatro años. En esta foto ya éramos más mayores e íbamos al colegio de la Inmaculada, en la esquina de Calixto III con Juan LLorens.

jueves, 25 de septiembre de 2008

El hombre que no pudo escribir


Se me ha ocurrido hacer un post sobre Campanar, después de casi once años viviendo aquí, lo que me pareció, como está ahora, en qué ha cambiado pero luego he pensado que no, no me apetece, otro día lo haré. Un momento después me ha venido a la mente escribir sobre algo que le pasaba a mi abuela materna durante sus últimos años. De pronto se encontraba mentalmente como si estuviera en 1941, 1956 ó 1974. Me llamaba mucho la atención, probrecica mi yaya, y me entristecía pero al mismo tiempo me hacía gracia. Me imaginaba a mí mismo en esa situación (aunque no creo que llegue), en el año 2043 y despertando como si fuera 1983, 1997 ó 2008. En fin, tampoco me apetecía divagar sobre eso, quizás otro día. De repente me he acordado que llevo meses pensando en hacer una entrada del blog sobre El hombre que quiso reinar, collons, pero me gustaría volver a verla antes de hacerlo, aunque sea por vigésima vez, así que no, hoy no, otra vez será. Recuerdos, tonterías, chistes, fracasos y ratos perdidos se agolpan a la salida de mi memoria para entrar aquí pero no tengo ganas de nada en concreto. Sin demasiadas ganas de nada pero éste es mi ánimo muchachos...

domingo, 21 de septiembre de 2008

El payaso Cuchillete cantando el blues


Llueve pero sigue haciendo calor, el calor y yo no hacemos buenas migas. Creo que esto es una lucha a muerte y sospecho que ganará él. En mi combate permanente con los ardores, encontré a mi mejor aliado en el aire acondicionado. Deberían hacerle un monumento al tipo que lo inventó, ese sí que se lo merece y no otros. Después de decirle a mi hija 7.456 veces que debe cerrar la puerta del comedor cuando esté puesto sólo ese artefacto bendito, la puerta seguía abierta. Le dije con cierto énfasis que la cerrara y apareció Rosario, últimamente le llamo Rosaurio, pues la mala leche le hace parecer un terrible lagarto, y me acusó de hablarle mal. Así que puse voz de payaso, abrí los brazos y le dije: "hola amiguitos, el payaso Cuchillete os recomienda cerrar la puerta cuando el aire está encendido y si Dido no lo hace, Cuchillete está perdido". Mi hija se rió mucho pero la puerta siguió abierta. Ahora sigue sin cerrarla pero me pide que le haga la actuación de payaso...
Y aquí tengo una importante pregunta que hacer: ¿la versión en castellano de Singin' the blues era de los Llopis o de los Teen Tops? Recuerdo gran parte de la letra pero no de quien era. ¡Ay amigos¡ estas grandes dudas no me dejan vivir en paz. Las tinieblas de mi ignorancia cubren este dato, espero que algún alma caritativa me saque de mi angustia.



sábado, 20 de septiembre de 2008

El Cuchillo Solitario


Otra semana más, todas raras, todas extrañas. Mi madre va recuperándose del accidente, poco a poco. Menuda se ha montado en el blog de Serch con los comentarios de JUGGEND ADLER, buf, es que hay gente que no lo conoce y llama más la atención. También me llamó Paco Orozco para comentarme lo de su boda, la cosa está complicada, al ser un jueves, al menos para mí. Me apetecía releer la autobiografía de Michael Caine, qué divertida es. Siestas desastre, trabajo duro, el calor que no se va, algún vídeo grabado, un poco lo de siempre. Hoy El Jefe Cariño no está en Valencia, no habrá salida. No importa porque así la próxima la cogeré con más ganas. No hay como dormir una noche en el suelo para apreciar tu cama en su justa medida. Igual deambulo un rato con la moto después de cenar o puede que me levante el domingo temprano y la dé entonces, que también me gusta. Hace unas pocas semanas el Jefe Cariño estaba enfermo, fue cuando grabé aquella improvisación de blues fumándome un purito. Bueno, me levanté pronto el domingo y di una gran vuelta con la moto, en un semáforo en rojo estaba parado dándole unas chamadas a otro puro y unas tías que estaban al lado en su coche dijeron; "parece Terminator". Preferí no mirar pero luego me reía, aunque no sé si es un piropo o un insulto, pensé que no debía quejarme en ningún caso. Debería haberles dicho: "pues espera que refresque y me ponga la chupa de cuero..."

jueves, 18 de septiembre de 2008

Servicio militar



Miraba el periódico del día del sorteo pensando en que no tenía suerte y no me tocaría cerca de casa, así que cuando vi que tenía que ir a Vitoria no me sorprendió. Esto de resignarse a tener mala suerte es bastante triste pero me parecía que era la única forma de poder superarlo. Siempre pensaba que todo saldría mal, si resultaba así no me importaba pero cuando salía bastante peor de lo que había imaginado me hundía en la miseria. Acabé por pensar, cada día al levantarme, que habría un holocausto nuclear, no podía haber algo peor que eso. La situación en el País Vasco en aquella época era bastante complicada, contaba los días que me faltaban para irme como si fueran a fusilarme.
Mis amigos me acompañaron a la estación, todos menos Juan que ya estaba en Almería dándose barrigazos, (así llamábamos a tirarse cuerpo a tierra) el tren venía de Alcoi y traía unos cuantos como yo. Era un tren viejo al que le costó casi un día llegar a Vitoria, parecíamos judíos camino de un campo de concentración. Una de las pequeñas pero importantes verdades de la vida que aprendí es que el listillo que se lo sabía todo y nos daba consejos sobre qué hacer, el enterado, vamos, fue el primero en ser arrestado. Lo primero que hacían allí era quitarte tu nombre y adjudicarte otro, la letra inicial de tu provincia más un número, yo era V39, la sensación de campo de concentración pasaba a ser de campo de exterminio. Todo esto es exagerado pero es la sensación que yo tenía. Las circunstancias te obligaban a hacer algún amigo o compañero, sentirte tan mal te acercaba a la gente que estaba en tu misma triste situación. Los paseos por el casco antiguo de Vitoria eran una pasada, parecías pertenecer a un ejército de ocupación. Nos pagaron tres meses de golpe, era una miseria, me los gasté en un plato de chipirones en su tinta en compañía de un geólogo con el que confraternicé, de modo que no debía ser mucho, ni llegaría a mil pelas. Durante el periodo de instrucción, me tiré un mes sin tocar la guitarra, el día que volvía a casa tras la jura de bandera, lo primero fueron los besos y abrazos a mi familia, luego devoré un plato con comida decente y cogí la guitarra, el hacha que decía Lennon, y me fui al parque de Arturo Piera y a tocar, era muy tarde, sobre las doce de la noche. Esto lo hice en multitud de ocasiones de joven, cuando me sentía mal, cogía la guitarra y me iba a un lugar solitario a tocar. Muchas veces subía al terrado y tocaba suavemente, con la cejilla puesta. Ahora me parece un peligroso culto a la soledad. Estuviera como estuviera tenía ganas de tocar, cuando estaba contento para manifestar mi alegría y cuando estaba hundido para soportar mi tristeza. La foto que todos se hacían vestidos de militar y con el CETME me la hice tocando la guitarra, como no.
Una vez en mi destino (que raro suena esto ahora) me llevé primero una española barata (me la regaló el Sr. Marí), cuando era novato, y luego ya la guitarra acústica Maya. Me pasé la mili tocando la guitarra. Escribí muchas canciones allí, era lo mejor que se podía hacer y más sin dinero. El periodo de instrucción lo pasé en Vitoria y aquello me gustaba lo mismo que me quemaran las orejas con un soplete. Intenté pasar desapercibido y no meterme en líos. Me sentía triste y solo, haciendo por obligación, la alternativa era ir a la cárcel, algo que odiaba; comiendo mal y perdiendo el tiempo. Nunca me he han parecido gran cosa la bandera o el himno, toda esa gente me recordaba a Franco. De hecho los oficiales solían criticarlo, a Franco, en sus conversaciones pero.....¡por blando¡ Por supuesto que hice amigos porque todos éramos de la misma edad y el dolor une pero eran amigos que vivirían a cientos de kilómetros de mí y estábamos unidos por la necesidad, no por libre elección. Básicamente nuestro trabajo consistía en hacer el tonto y servir de criados de los mandos, esos españoles de pro. Les llevábamos el pan desde el regimiento y hacíamos de chicos de los recados, con el jeep del ejército y el gasoil pagado por el estado, claro. Por poner un ejemplo, yo pasé a máquina el periódico que la hija del teniente coronel estaba preparando en su clase de EGB y así hice varios trabajos particulares. Por las fiestas de Santa Bárbara que son a principios de diciembre se celebraban fiestas en el regimiento por ser ésta la patrona de la artillería, esto por favor que me lo expliquen que nunca lo entendí, el caso es que había actuaciones y yo esperaba poder tocar algo, que me dejasen subir al escenario. Esa misma tarde me cogió por banda un capitán al que tuve que pasarle a máquina unos trabajos particulares con lo cual llegué al cuartel cuando todo había acabado. No voy a escribir aquí todos los adjetivos que le dedique a aquel caradura pero se merecía aquello y más.
Una de las cosas que el contacto con tanta gente variopinta me permitió observar es que prácticamente nadie sabía cocinar y nadie coser. Como no tenía un duro me invitaban a merendar y yo le cosía los galones. Un chico me llevó hasta su taquilla y me enseñó una foto de una vedette, me preguntó que qué me parecía su hermana. “Está como un tren” dije yo y su contestación fue que era él mismo. Era un travestí que decidió hacer la mili, dejó de pincharse hormonas femeninas y allí estaba, se arrepintió un millón de veces. Había por allí un retrasado mental con un brazo paralizado, en su familia eran casi todos más o menos así y él estaba muy orgulloso de estar allí; le daban ataques de epilepsia y entre cinco o seis no podíamos sujetarlo, al poco lo enviaron a casa. No voy a seguir describiendo todo lo que me encontré por allí, no es ninguna exageración.
En uno de los permisos, una noche en que Paco y yo recorríamos Valencia en su Derby Variant, un tipo se saltó un stop, por Micer Mascó, íba con la novia, y le dedicamos algún improperio, lógico porque casi nos caemos por el viraje tan brusco que hicimos. Aquel tiparraco nos hizo una escena tipo Starsky y Hutch y nos hizo detenernos enfrente de Viveros, era un policía, nos enseñó la placa y la pistola, y nos dijo que él había cometido una seria infracción pero que eso no nos daba derecho a insultarlo así. Se pasó todo lo que quiso y un poco más, era un chulo de mierda y aquello le había tocado, digamos, las narices delante de su chica, la visión de la placa y la pistola nos acojonó, nos esperábamos un caso Almería si nos poníamos farrucos. Así que cuando arrancó y se fue, nos quedamos hechos polvo, encima de que casi nos mata el muy hijo de su madre nos baciló todo lo que quiso. De todas formas, necesitaba los permisos como la tierra reseca necesita la lluvia, aquellos días suponían coger un poco de oxígeno para volver a sumergirme en el ejército.
En la batería, que es lo mismo que la compañía pero en artillería, teníamos dos baños enormes. Para economizar limpieza uno de ellos sólo se usaba para las duchas. Los baños tienen una acústica especial, sobre todo si no hay nunca toallas ni cortinas y yo me metía allí durante las horas libres para tocar y escucharme con un efecto de reverberación. Tocaba la guitarra y la harmónica con un portaharmónicas, como Bob Dylan. La opinión de la mayoría de mis compañeros era que podía ser muy buena persona pero estaba bastante loco. Esta extendida opinión se refrendó hasta en los más reticentes, fuera de mi reducido círculo de amigos, porque compuse una canción, “Cae la noche sobre el cuartel” en la que había un pequeño recitado. Se ve que pasaban por allí y oían a un tipo tocar la guitarra y hablar al mismo tiempo y movían la cabeza como diciendo: “¡está como una cabra¡”. Por si esto fuera poco, yo que siempre he hablado en sueños, durante esa época, no paraba de hacerlo. Cuando venían los nuevos cambiaban los colchones para que durmieran en la misma camareta que yo, como la primera noche a muchos les costaba dormir, escuchar a un tipo diciendo barbaridades mientras dormía y yo, sin querer, les terminaba de dar la puntilla. Por cierto que no era el único y cuando hacían una imaginaria, que es como estar de guardia dentro del recinto sólo con un machete, en turnos de dos horas durante todo el día y toda la noche, escuchabas a varios maldecir su destino en medio de sus sueños. También es verdad que luego muchos hablaban conmigo y se daban cuenta de que no era para tanto, bueno, eso espero. El “culebrilla” se llamaba realmente José Antonio Carrillo Miñano y era un catalán de origen murciano que trabajaba como mecánico en Citroen y estudiaba para ingeniero técnico, si no recuerdo mal. Nos hicimos muy amigos y le enseñé un poco a tocar la guitarra. Vino a Valencia meses después de acabar aquella farsa pero eso lo contaré más adelante. Allí lo tenían esclavizado porque además de los jeeps y camiones del ejército tenía que arreglar los coches particulares de los mandos. Un coronel que firmó por lo menos la mitad de las miles de cartas que yo escribí lo tuvo semanas arreglando su coche y al acabar le daba un mísera propina y él la rehusó. Alguna vez tuve que hacer de escolta de estos mandos y los escoltas habituales te prevenían de que tenías que parecer un “hombre de Harrelson” o te llamaban la atención e incluso podían arrestarte o quitarte días de permiso. Lo hice lo mejor que pude, aunque sin exagerar más de lo necesario, pero teniendo en cuenta mi mala puntería y mis pocas simpatías por aquella gente...
En aquellos días en Burgos había muchos cuarteles y mucha gente haciendo la mili allí, decían que no había más que militares y monjas, y estaba prohibido salir de paseo con ropas de paisano. Como salir vestido así era penoso, todo el mundo se traía ropa de casa y se las ingeniaba para salir vestido a su gusto. Bueno, no había que inventar mucho, la gente que nos había precedido te dejaba la herencia de los mil trucos posibles. Aunque cantabas mucho por la edad y el corte de pelo, se notaba a la legua, daba igual, al menos te sentías bien vistiendo así aunque fueran unas horas a la semana. La policía militar no solía meterse contigo si ibas de paisano pero, esto hoy en día resulta increíble, una de las pocas veces que salí vestido de bonito, con el traje militar de paseo, me mandaron a cocina por ¡haberme visto por la calle con una mano en el bolsillo¡. Otro amiguete que hice allí, aunque era del siguiente reemplazo, era un chico de Murcia que se llamaba Justo Puche Alacid, con el que hablaba mucho de estrategia militar, de las grandes batallas de la antigüedad y de gente como Aníbal Barca o Alejandro Magno. Tenía bastantes problemas con su padre a causa de su novia, un poco como en Romeo y Julieta, y no tenía una peseta igual que yo, así que paseábamos por Burgos hablando de Cannas o Gaugamela. Una vez casi nos tuvimos que pegar porque unos idiotas intentaron atracarnos, yo no llevaba ni para un paquete de tabaco (recuerdo que un paquete de ducados me costaba entonces 33 pesetas) pero él llevaba el dinero para ir a casa de permiso que no dejaba en la taquilla por si se lo robaban y aún siendo superados numéricamente obtuvimos una resonante victoria, bueno, tanto hablar de batallas y grandes estrategas no podía ser de otra manera. De las pocas veces que intenté ligar en Burgos, por lo menos en una ocasión me acompañó Justo, la verdad es que las chicas huían de los militares como de la peste negra, era una chica que me hizo gracia y me dio un beso más apasionado de lo que yo esperaba, justo antes de irnos, como despedida, pero no la volví a ver, también es verdad que salía poco, porque sin dinero casi no valía la pena. A Justo nunca más lo he vuelto a ver pero le recuerdo con cariño.

Debido al pésimo estado de la cocina del regimiento comenzaron a sacar fondos de donde podían para intentar subsanar aquel desaguisado, lo sé de buena tinta porque los informes los pasaba a máquina yo mismo. Abrigaba profundas sospechas de que se debía a algún tipo de desvió de fondos o materiales hacía cuentas o casas particulares, de hecho la contestación que nos dieron desde el ministerio, o donde fuese, es que una cocina con ese tiempo no podía estar tan mal. No nadaba en la abundancia precisamente y lo que hice fue comprarme una botella de aceite de oliva y un paquete de sal, como el pan lo conseguía por el cartero, de lo que le sobraba del reparto a las casas particulares de los mandos, me hacía pan con aceite y sal. Es que muchas noches me decidía a ir a cenar, tenia verdadera hambre, y me volvía sin probar bocado de la porquería de cena que daban. Lo más sencillo era mandar a la gente de permiso o licenciarla antes de tiempo, qué alegría sentimos todos al pensar que nos iríamos a casa quince días o incluso un mes antes de tiempo. Como siempre la suerte me ha acompañado sucedió que nosotros estábamos dentro del regimiento pero no formábamos parte de él, éramos de “la brigada” y resultó que no sólo no nos licenciamos antes de tiempo sino bastante más tarde hasta completar los trece meses y algunos días. Otros chavales que llegaron al mismo tiempo que nosotros se fueron 45 días antes. Pasamos de poder irnos a finales de noviembre a pasar allí las navidades, sucedieron escenas entre tristes y patéticas. Ahora mismo puede parecer ridículo pero aquello tocaba las narices, las segundas navidades vestido de verde y con muchos compañeros ya en su casa.
La nochevieja no dormí apenas, la siguiente noche tampoco porque era la última vez que dormíamos allí. Nos la pasamos charlando, haciendo los planes de despedida y cogí la guitarra y canté, con todo el sentimiento de que fui capaz, una canción que había compuesto a propósito para la ocasión que puse por título: “Hoy mis sueños brillan mucho más”. El 2 de enero de este año me licencié, creo que casi fue la mayor alegría de mi vida porque me daba la impresión de que nunca iba a salir de allí, en el colegio me pasaba igual. Me pasé días pensando como me vestiría y qué cosas haría en una especie de ritual de desintoxicación. Aunque no tengo ninguna foto de ese día, no se me olvidará nunca como me vestí, llevaba botas negras mexicanas con tacón cubano, pantalón vaquero negro, cinturón con hebilla ancha, camisa blanca, corbata de cuero, el chaleco que llevaba, quizás otro igual, en la portada del disco de Los Relevos, gafas negras y cazadora de cuero. La despedida de los mandos en el chalecito donde pasamos tanto tiempo consistió en una especie de ágape, al que se apuntaron todos para gorronear y donde las sonrisas falsas y los toquecitos en la espalda me dieron ganas de vomitar. Salí de allí vestido así y, aunque aguantar lo que aguanté por ese instante desde luego que no valió la pena, me sentí bien por un rato, saboreando un momento tantas veces deseado.
Al volver la esquina cogí la guitarra, estaba dentro de la funda, y la alcé sujetándola por el mástil, como McCartney en el Shea Stadium, recuerdo pocos momentos de mayor felicidad. Mi intención era ir directo a casa pero los camaradas se empeñaron en que fuéramos todos a Madrid y celebrásemos una gran despedida. A mí no me terminaba de molar pero me lo dijeron tantas veces que al final acepté, además venían mis mejores amigos, Paco “el furri” y Jose “el culebrilla”, no estuvo mal y tampoco bien pero cuando llegó la hora de dormir nos dejaron tirados, precisamente los que más insistieron que fuéramos, que no habría problema con pasar la noche, fueron los que más rápidamente desaparecieron. Una vez más estaba claro que no se debe confiar en nadie y, sobre todo, en los que dicen “confía en mí”, en esos en los que menos. “Piti” un tipo de Castellón, de Tirig, que era más mayor, aunque muy bajito, fue más listo y se buscó la vida con alguien. Acabamos pasando la noche en unas butacas de la estación de Chamartín, Jose y yo. Me despedí del Culebrilla y me prestó un billete de veinte duros para poder llegar a la estación, cuando nos abrazamos se me escaparon unas lágrimas. Era un chaval que valía la pena y además llevaba tres noches sin dormir y la ocasión se prestaba. Un mes más tarde le mandé por correo el billete, tachando en la leyenda las letras E y luego ÑA, para que se leyese “EL BANCO DE SPA PAGARÁ AL PORTADOR 100 PESETAS”, Jose me dijo que no tenía que habérselo mandado y que guardaría el billete como recuerdo. Bajé en la estación del Norte y la primera persona conocida que vi fue a Mª Ángeles, la novia de Juan, que trabajaba en la Cafetería Duero, en Guillem de Castro. Estaba destrozado por la falta de sueño y la tensión emocional y cuando llegué a casa dormí durante más de catorce horas, la única vez en mi vida que he dormido tanto. Pensé que por fin acaba con aquello y ahora podía dedicarme a lo que en verdad me interesaba aunque había perdido un tiempo precioso.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Cuchillo - Peggy Sue Got Married (Buddy Holly cover)



Aquí tocando un tema de Buddy Holly, no suelo ni siquiera intentar calcar las canciones que toco, me suele gustar más tocarlas a mi aire. Es un criterio como otro cualquiera. Una de mis favoritas de uno de mis favoritos. 

martes, 16 de septiembre de 2008

El último caso de Los Cuervos



Recibo un email a través del Myspace de Vicente Ribas, el infatigable agitador, animador y recuperador de los ochenta en Valencia. Me pregunta si Los Cuervos podrían actuar en el próximo Festur. Me veo en la obligación de contestarle que lamentablemente no entra dentro de lo posible, hoy por hoy, una reunión del grupo, quizás para próximos festivales, quien sabe... Hace unos pocos años los cuatro seguíamos tocando juntos en The Dancing Cansinos pero la vida nos ha llevado por distintos derroteros.

Sin título


El jueves me digo a mí mismo, levanta tu culo viejo y vete a dar una vuelta, últimamente me cuesta salir de casa. Estoy a medio vestir cuando Pacobeat me llama, estoy hablando con el fijo cuando suena el móvil. Es mi hermana Concha que me dice que una moto acaba de atropellar a mi madre. Me voy al Hospital General, por suerte, dentro de la mala suerte, no se ha roto nada, aunque tiene el rostro desfigurado, ha sangrado mucho y tiene el cuerpo lleno de cardenales (equimosis) y hematomas. Tiene 73 años y se pasó media hora en el suelo hasta que llegó la ambulancia. La gente que presenció el atropello, se encaro con el conductor de la motocicleta, recriminándole que hubiese acelerado en lugar de deternese. Mi trabajo habitual consiste en conducir y en mi tiempo libre disfruto de mi moto y esa actitud no la he entendido nunca. El chaval, que tiene 19 años y mes y medio el carnet, llega a un paso de cebra, ve coches parados y un hueco y acelera, sin mirar primero. Por evitar unos segundos de espera se crea dolor para meses. En fin, esperemos que todo quede en un monumental susto, aunque mi madre dice que ya no irá a ningún sitio sola. A los pocos días, mi colon irritable no está irritado sino profundamente cabreado, los nervios de esos momentos me pasan factura.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Cuchillo - Lost Highway

Cuchillo - Lost Highway
Video sent by duojet

Lost Highway, A song written by Leon Payne and sung by Hank Williams in 1949. I have added another track with a guitar solo.

domingo, 14 de septiembre de 2008

2006


De vez en cuando me pasaba a ver a mi pobre abuela, cada vez estaba peor, de pasó veía a mi pobre madre que se pasaba allí cuatro días a la semana para cuidarla. Pasé un miércoles, la vi fatal, una persona tan alegre en ese estado da mucha pena, era como si ya estuviera muerta. El viernes de la misma semana la ingresaron, el riñón no le funcionaba y si no conseguían animarlo era cuestión de horas que muriese y así fue, falleció a las siete y media del día siguiente, cuatro de marzo de 2006, justo el día que se casaba su nieta, y prima mía, Angie. Fue un fin de semana familiar, el viernes en el hospital, el sábado de boda y el domingo de entierro. Una boda de ese tipo cuesta una fortuna y no se puede cambiar de fecha pero resultó triste, a pesar de que todos hicimos un gran esfuerzo. Estaba claro que era una cosa que tenía que suceder, cada vez más claro, pero... no es lo mismo hacerte a la idea que mirar a tu abuela a través de aquel maldito cristal. La vi dentro del ataúd y me puse a llorar, pese a llevar tanto tiempo haciéndome a la idea, me resultó insoportable. Supongo que cuando alguien muere casi lloramos más por nosotros que por quien se ha ido. Envidio a la gente que sabe llorar, dejar fluir las lágrimas, que salgan de ti y se lleven por lo menos una parte del dolor. Yo me estremezco, una parte de mí lucha por no hacerlo y acabo soltando cuatro lagrimones que no consiguen arrastrar nada consigo y el dolor se queda dentro.

Mentiras


No me gustan las mentiras. Uno de mis innumerables defectos es que siempre tiendo a creer a la gente, me cuesta mucho esfuerzo darme cuenta de que en general vivimos en un mundo falaz. Como a mí no me gusta decirlas, no entiendo que la gente lo haga tan a menudo. Si son cosas que no me afectan, no tiene importancia pero da bastante asco sentirte engañado. Por supuesto, soy tonto pero no tanto, si me veo acorralado y una mentira puede salvarme, pues, miento y ya está y además como tengo buena memoria, para mentir hace falta, no hay problema pero no me gusta. Decir, o que te digan, la verdad no significa que te vaya a gustar pero al menos es la verdad. Si como decía Waltari: “la verdad es un puñal afilado en la mano de un loco” , las mentiras son una mina antipersona escondida en un apacible lugar del campo, no sé que es peor.

sábado, 13 de septiembre de 2008

The Dancing Cansinos - Louie, Louie



Este vídeo es de la página de Paco en youtube, una actuación en Pinedo que grabó un amiguete suyo. Bueno, sirva para recomendaros la visita, a ver si sigue subiendo cosas interesantes, seguro que sí.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Mis amigos

Un hombre sabio dijo: "sólo los tontos tienen muchos amigos", yo, aunque soy un poco tonto, no he tenido muchos amigos, más bien pocos, pero sí han sido buenos. Algunos de ellos aparecen aquí, en un largo recorrido de 28 largos años. Una de nuestras principales actividades en común ha sido beber cerveza, por eso la música es de Flaco Jiménez: En el cielo no hay cerveza que beber, por eso ando bebiendo noche y dia...
Si alguno quedó por el camino, le echaremos la culpa a la vida, que siempre está ahí para cargar con todo.
Un abrazo muchachos.

martes, 9 de septiembre de 2008

9 de setembre de 1987



Va ser el 9 de setembre de 1987, eixe estiu LOS CUERVOS vam tocar prou, al nostre nivell almenys, i acompanyats per Tony Vidal àlies “el gitano” ens vam deixar caure per Burriana. Havíem d'actuar de teloners d'un grup de Madrid i pensàvem que anàvem a tocar amb un bon equip però, qui siga, va tindre una brillant idea: muntar dos escenaris. Açò no seria del tot roín si el tècnic que ens van endossar no haguera sigut precisament aquell. A l'estona d'estar provant alguna cosa, o potser tot, sonava terriblement malament i el nostre road mànager es va acostar a la taula de mescles per a comprovar coses com que per la pista del bombo eixia la guitarra i altres per l'estil. Al final ens va mesclar ell, el gitano, que tenia prou més idea que el tio eixe, ens moríem de rialla veient-lo amb un cinturó on portava alicates, tornavisos i un martell,. On has vist un tècnic de so així?, Després ens vam assabentar que es dedicava més a activitats com vendre equips robats que al que pretenia fer eixe dia. Durant l'actuació inclús ens van tirar un parell d'ous, n'hi ha gent molt bèstia, però no tot va ser roín, inclús vam tocar prou bé, ja siga per ràbia o per casualitat i, a més, ens vam divertir molt amb Tony. Va entrar (avans de tocar) en una drogueria del poble a comprar-se un desodorant i nosatres ens rebolcàvem; estava ple de senyores majors que no podien creure el que veien, l'aspecte nostre cridava molt l'atenció per en aquell llavors i molt més en un poble. El gitano es tintava les celles de ros però només cada mig centímetre, semblaven celles de zebra, portava cua molt llarga i els costats del cap afaitats al zero, la roba anava d'acord amb açò i era un espectacle. Nosaltres érem quatre tios d'un poc més de vint anys amb bótes mexicanes i caçadores de cuiro negre, patilles i ulleres fosques. Miguel Ángel Villanueva va vindre a vore'ns i record que li vaig ensenyar l'última guitarra que m'havia comprat. Era una Ibanez LR-10 que, uns anys després, li vaig vendre a Morcillo per a comprar-me la Grestch White Falcon, va ser una llàstima perquè m'agradava molt.

El cas és que, quan va acabar el directe, estàvem fent temps i vaig vore un grup de xiques, a uns quinze metres, i em vaig fixar en una que em va agradar. Eren quasi el dos del matí i amb les meues ulleres fosques i un cigarret en la boca m'acoste lentament i li vaig demanar foc. “No porte” va contestar ella, visiblement incòmoda, però la seua amiga em va oferir un encenedor, jo no el vaig agarrar i vaig respondre que el que volia era que me'l donara ella, cosa que va fer. Llavors uns segons en silenci i li dic, “no em dius res”, a la qual cosa bota amb “sí, que m'estic pixant”, i me les porte als camerinos, eren unes cinc. L'actuació havia acabat i no havia de conduir, així que em vaig prendre algun cubalibre i portava un puntet. Vam acabar en un cantó xarrant, les amigues de Xaro amb més por que una altra cosa, i li vaig donar una polsera que portava, inclús encara la tinc, li vaig dir: "crida'm i vindré a arreplegar-la" No recorde molt bé del que vam parlar, coneixent-me em dóna por recordar-lo, però supose que la vaig avorrir parlant de guitarres o potser citant a Poe o Homer, qui sap¡. El cas és que em va telefonar i ara tenim la polsera mexicana de record, però eixa nit els meus amics em deien: "no et va a cridar, semblaba acollonada".

lunes, 8 de septiembre de 2008

Moby Dick (Llamadme Ismael)


Anoche, justo después de cenar, cambiando con el mando vi los últimos momentos de Moby Dick. La he visto sólo 16 veces pero no puedo evitarlo. Mi hija al ver nada más que a un cachalote blanco y grande como una montaña acabando con la vida de un numeroso grupo de valientes balleneros, me dijo: "cuando acabe me avisas". Supongo que con el tiempo mejorará en ese aspecto, eso quiero suponer.

¿Qué puedo decir?, es genial, otro día haré un post sobre John Houston, la peli entera es tremenda. Los únicos fallos que le encuentro es el actor que encarna a Ismael, que no me acaba, y los efectos especiales de 1955, hay que entenderlo. El final es brutal, cuando el capitán Acab, ya muerto pero enredado entre las cuerdas de los arpones, parece llamar con el brazo, que se mueve por el movimiento de Moby Dick, a sus hombres para que sigan la lucha. Los que estaban en estado de pánico dispuestos a huir, gritan que ellos son balleneros y cazan ballenas, no huyen de ellas y prosiguen la lucha hasta morir todos. Entonces emerge el ataúd de Queequeg que se convierte en el salvavidas de Ismael, hasta que "el Rachel, vagando siempre, en su pertinaz búsqueda de los hijos perdidos, sólo encontró a otro huérfano". Acaba con una cita del libro de Job: "y sólo yo escapé par contarlo".

domingo, 7 de septiembre de 2008

Domingo por la mañana



Ayer me acosté pronto y hoy he madrugado para dar una vuelta con la moto,acostumbrado a levantarme a las 03,30 levantarme a las ocho es una delicia. Aunque no he salido de la ciudad, he pasado hasta un poco de frío, ha sido genial. Cuando he vuelto a casa, me he puesto a tocar un poco de blues y he grabado este vídeo. Cuando la intensidad del tema sube, se echa de menos no poder tocar a más volumen pero tengo vecinos... Además lo he tocado mientras me fumaba un purito, ¡ay, llámame fumador¡ pero cómo he disfrutado.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Los pintores del mármol





Hoy es un día extraño, ni siquera me apetece tocar la guitarra, que ya es raro. Llevo todo el día así, sin ganas de nada. Intentando ver una película, intentando seguir con un libro, comiendo mal y sintiéndome mal. El viento de poniente sopla sobre Valencia, el asqueroso calor húmedo es sustituido por el asqueroso calor seco. El verano parece un monstruo terrible que en sus últimos momentos de agonía aún es capaz de terminar con muchos valientes. Pensando en algo que me haga sentir bien, he estado buscando y mirando pinturas por la red. La llamada "Escuela del mármol" me agrada, pese a sus detractores me transmite paz, serenidad y amor por la antigüedad clásica.

martes, 2 de septiembre de 2008

Chistes sobre músicos


Unos chistes sobre, y quizás para, músicos de Rock'n'Roll:

Un tipo entra en una tienda de instrumentos y le dice al dependiente: "Quería comprar una Gibson stratocaster y un Vox Twin Reverb black face, aquel que está junto a la columna". El dependiente le pregunta si es batería y el otro, sorprendido le responde que cómo lo sabe. Está claro, le dice, aquello es el radiador.

Una furgoneta que transporta a un grupo toma mal una curva y caen por un acantilado. Mueren todos los miembros de la banda y llegan al cielo. Dios siente piedad de ellos, son músicos, gamberretes pero buenas personas en el fondo, y decide darles una última oportunidad. Les informa que les hará una pregunta, si dicen la verdad pasarán al cielo pero si mienten irán derechos al infierno ardiente y tenebroso. El primero es el saxofonista, le pregunta si ha abusado de las florituras y el tío dice que no, sale despedido como un cohete hacía abajo. Luego va el bajista al que pregunta si se escaquea de descargar los trastos, responde que no y desaparece fulminado. Al guitarra le inquiere sobre si ha intentado tocar a más volumen que ninguno para que se le escuche, éste duda pero acaba contestando que no y se dirige directamente al horno sin pasar por la casilla de salida. Sólo queda el batería, que está cagado, el Ser Supremo le interroga acerca de si redobla cuando no debería hacerlo y el baterista mira hacia abajo y empieza a decir: "Yo pienso..." No le da tiempo a decir nada más, ya está camino del averno.

lunes, 1 de septiembre de 2008

1986





Volvimos a tocar en Planta Baja, en la calle San Ramón, en el barrio del Carmen. Allí coincidimos con un grupo de Nazaret, Cristal (puede que lo escribieran con K, estaba de moda) y, quitando el inevitable pique, nos llevamos razonablemente bien. Esta actuación nos dejó satisfechos y además salimos en el Trajín, una página entera con fotos y entrevista. Cómo todos los grupos nos inscribimos en el concurso de la diputación, por supuesto nos pusieron mal el nombre, no recuerdo exactamente qué salió en el diario, creo que los Cuercos, esto nos pasaba muchas veces. La actuación fue una auténtica mierda, tocaban grupos y grupos sin cesar y los técnicos no se esforzaban un pimiento. Sonorizaban en dos patadas y todos los grupos querían sonar lo mejor posible y el resultado era patético. Aunque ahora lo comprendo entonces resultaba indignante, es algo que te dan los años de experiencia. Recuerdo que de la batería el único instrumento acústico era la caja, y eso porque alguien montó jaleo por ello, lo demás era electrónico y así todo. Lo retransmitieron por la radio y casi nos hundimos. Fuimos a la radio y nos hicieron una entrevista que no estuvo mal. Empezamos a tocar en lo que yo llamaba, lo leí en un libro sobre B. B. King, “el circuito del Mondongo” que consistía en Planta Baja, Gasolinera, Bésame Mucho y otro garitos, siempre en los mismos sitios. Fuimos a Radio Klara para llevar la maqueta y allí conocimos a Javier “el Héroe” y Eduardo Guillot que hacían un programa llamado Fanzine Magazine los sábados por la mañana. En el trabajo los sábados tenia que ir a Cullera pero sólo para llevar la prensa extranjera, Paco o Rafa se venían muchas veces. Cuando escuché en el Perelló, pese que a que se escuchaba de una forma pésima, apenas llegaba allí la emisora, “El símbolo de mi amor” me gustó de veras. Por medio de Eduardo tocamos en Castelló de la Ribera, con los Scooters. Necesitábamos una furgoneta pero exigían que fuera a nombre de alguien que tuviera más de 21 años, no sé como acabamos con una furgoneta Mercedes enorme, realmente enorme. Justo cuando salimos a tocar vimos que un numeroso grupo de personas mayores de 65 años estaban sentadas mirando al escenario con gran atención, aquello nos hacia partir de risa, presentaba la canción: “vamos a tocar un tema en homenaje a Vincent Price y Peter Lorre que se llama “Toda La Sangre Huele Igual” y mirábamos a la tercera edad a ver qué cara ponían.
Valencia no es una buena ciudad para la música en directo, resulta extraño teniendo en cuenta la cantidad de músicos que hay en esta zona pero es así. A esto hay que sumarle que es todavía peor para el Rock’n’Roll, en los años ochenta aún se vivía algo de ambiente pero imperaba el funk por una parte y el punk por otra y mucho rollo moderno, de modo que en un ambiente ya marginal, nosotros estábamos entre los marginados de los marginales. Estaríamos con lo de la pescadilla que muerde la cola pero la verdad es que a los sitios donde íbamos a tocar no solían ir chicas y menos sin pareja, lo que quería decir que si un chico quería ligar en ese tipo de ambiente lo tenía crudo si no era especialmente atractivo o hábil en el campo del ligoteo. De paso diré que nosotros también lo teníamos difícil en este terreno y la prueba está en los escasos éxitos de los cuatro en esos antros cuando se supone que tendríamos la baza a nuestro favor de ser músicos y todo eso. Mucha gente, entonces y a lo largo de los años, nos ha comentado que siendo músicos y tocando y tal nos hincharíamos y nosotros manteníamos un oportuno silencio, ni afirmábamos, ni desmentíamos. Algo parecido se puede decir que nos pasaba con las drogas, en ese ambiente estaban muy en boga pero nosotros nos declinábamos por el alcohol, intentando no abusar durante los conciertos, tomando lo justo para animarnos un poco y cuando no lo hicimos así resulto una auténtica porquería. También me encontré con muchos que presuponían que lo había probado todo, y oportunidades no me faltaron, y a veces decía que no y observaba su cara de incredulidad y otras no decía nada y que pensaran lo que quisieran pero las drogas nunca me han atraído. No es que sea muy relevante pero he de decir, sobre mis gustos, muy concretos una vez más, que si fuera al carnaval de Nueva Orleáns iría con tres trailers cargados de collares y que me pareció una buena idea el último deseo de Aziru con respecto a Keftiú. Esto sí que me da miedo y no las drogas. Qué se le va a hacer, cada uno es como es.
En fallas del 86 tocamos junto con Vamps en Tropical, en la playa de la Malva-rosa, justo en el sitio donde unos años antes había visto a Los Auténticos. Fuimos a Garaje, una sala de lo mejor de Valencia para conciertos y allí conocimos a Tony Vidal, que nos llamó mucho la atención por su estrambótico aspecto, y nos dio una actuación. Llenaron la ciudad de carteles con nuestro nombre, pasaba en el autobús y molaba verlo. Conservo la cinta, hacíamos todas originales. Paco conoció a Pilar, era una ex-compañera de clase del batero y al poco empezaron a salir juntos y me quedé más solo que un ermitaño. No me importa la soledad, o mejor dicho, incluso me gusta pero salir solo es otra cosa y lo peor era beber, beber solo es de las cosas más tristes de este mundo. Entré una noche en Carioca, entonces era sólo un pub y pedí una Heineken y la camarera me preguntó si era para llevar. No sé porque me pasaban esas cosas, tal vez por ir solo, no tengo ni idea. No sé si lo he comentado pero por lo que sea la gente siempre me mira. Como en aquella canción de Morcillo que dice: “Como dos monigotes íbamos por Madrid, miro a los madrileños y ellos me miran a mí”, siempre igual. De manera que acabo siendo como un pasatiempo, mirar a la gente, cualquier día ves a cientos de personas y cualquiera de ellas podría contarte una vida llena de pequeños éxitos y pequeños fracasos, aunque puestos a mirar siempre miraba más a las chicas. De cualquier modo el grupo me ocupaba casi todo el tiempo.
En el grupo siempre había tensiones, además de por el tema del volumen, los guitarristas siempre quieren que se les oiga fuerte y bien, por otras cosas, muchas veces eran tonterías de críos. En 1986 con el dinero que habíamos ganado tocando nos metimos otra vez en el mismo estudio, que también había mejorado y disponía ahora de ocho pistas, para grabar una maqueta con más temas intentando ser más ambiciosos y enviarla a compañías para sacar un vinilo. Elegíamos las canciones entre los cuatro aunque todos los temas eran míos, nunca grabamos en estudio una versión. Estábamos empeñados en grabarlos con batería aunque ya todos los grupos usaban cajas de ritmos. Como pose estaba bien pero el sonido que conseguimos no era muy acústico y además sufrimos de los fallos en el tiempo, hubiera sido mejor intentar conseguir un sonido acústico con una caja de ritmos además de más rápido y más barato pero el sonido de las cajas por entonces era una castaña que nos erizaba los pelos de la nuca. En el disco si valió la pena grabar con batería. Las editó, las dos maquetas, Juan Vitoria, en un sello que era más pirata que el capitán Kid, tampoco creo que vendiese muchas, no tengo ni idea. Bueno, era ir haciendo cosas, subiendo peldaños. Algunas nos quedaron muy bien, como Noche Sin Luna, otras gustaron como Orgía de Picotazos y alguna fue un fracaso absoluto, de grabación y para nuestro pequeño público, como A Través Del Telescopio. Había dos temas acústicos, Carretera 66 y ¿Dónde estamos? La primera hice primero la letra cuando tenía 18 años y la música en Burgos, siempre ha sido una de mis canciones favoritas. ¿Dónde estamos?, fue mi intento de hacer la canción más triste del mundo, supongo que me sentía así. Luego estaba Canción Con Moraleja que a mí me parecía muy simpática, donde me burlaba del rollo siniestro que se estilaba entonces. Dos Minutos De Odio sonaba fuerte pero se me ocurrió un rollo de silencios que desbarataba el tema, lo exageramos demasiado. Equilibrio Con Botella De Leche, de ésta no sé ni qué decir pero el caso es que dejamos de tocarla en directo, el otro día la escuché, después de tantos años, y me partía de risa. Cada canción me salía de una manera, para mí era lo mejor, que no se pareciesen, me aburrían los grupos que tocaban todas las canciones del mismo estilo y acababan pareciendo la misma. Por supuesto, es mi opinión, no sé si será verdad. Paco siempre cantaba más que yo y muchas veces cantaba yo porque a él no le apetecía aprenderse las letras. La nochevieja del 86 al 87 fui a la fiesta que dieron el Batero y sus amigos en una discoteca que estaba cerrada, hasta ese momento, se entiende, en la calle San Vicente. A la hora que habíamos previamente convenido, alguien, no recuerdo quien, me llevó en la moto, igual fue el mismo Carlos, a Gasolinera para tocar con Antihéroe algunos temas. Tengo un par de fotos de esa ocasión. Colaboré unas cuantas veces con ese grupo porque eran amiguetes, Javi y Rafa, incluso grabé en una maqueta un par de temas, la grabación no la tengo; se la dejé a Rafa Tormo y éste grabó encima por equivocación. Una noche, pasaron a por mí justo después de cenar, Rafa Antihéroe conducía como si fuera un rally y cuando llegué a la Pobla de Farnals me puse a vomitar, sin dejar de tocar, eso sí; supongo que alguno pensaría que era por exceso de alcohol pero ni siquiera lo había probado, cené con agua. En otra ocasión toqué con ellos en Arena, quizás aún era Pachá, y al acabar vino a saludarme mi primo David con su novia. Creo que si no toqué con más gente es porque no me lo propusieron, sobre todo cuando estaba solo, pues Paco empezó a salir con Pilar y yo aún no tenía pareja. Alguien me regaló una biografía sobre Pancho Villa y me la leí dos veces seguidas, me había llamado siempre la atención aquel país y empecé a investigar un poco. Eran historias de sufrimiento e injusticias y de cosas que cambiaban para que todo siguiera igual, te dejaban un sabor amargo de derrota, de los que a miles pasaban por el mundo para que unos cuantos vivieran bien. Me compré algunas cintas de corridos de la revolución al mismo tiempo que Paco Orozco, le pasé el libro y escribí algunas canciones con toque mejicano. El Rey De La Basura se basaba en un artículo que leí en el diario, sobre el asesinato de un mafioso que controlaba a los pobres que se ganaban la vida recogiendo cartón y algo parecido fue Corrido Del Veterano De Cuchillo Parado. Leí algo en la prensa sobre aquel anciano olvidado que había combatido en la revolución e hice el tema. Fue casualidad pero por aquella época empezó a escucharse a Los Lobos y por una vez hacíamos algo a la moda. Antes se suponía que estábamos desfasados y entonces alguien dijo que nos habíamos apuntado al carro de la moda, está claro que no hay forma de contentar a todo el mundo.
Las fotos: página del semanario Trajín, haciendo el paso del pato en la plaza de toros de Valencia, tocando en Villanueva de Castellón o Castelló de la Ribera y, la última, colaboración con Anti-Héroe en nochevieja del 86.

Bernard Hermann





Vértigo - De entre los muertos es una de mis pelis favoritas, otro día haré un post sobre ella, que se lo merece. Lo que hoy quería escribir, nada más que porque me apetece, es sobre el autor de la banda sonora, el apabullante Bernard Hermann. El film es una pasada, es de los cinco que más me han gustado en mi vida pero, (en esta santa vida siempre hay un pero), ¿alguien se la puede imaginar con otra música?. El Sr. Hermmann tenía más talento en el dedo gordo del pie derecho que mucha gente en todo su cuerpo. Me fascina escucharlo, su música crea imágenes en tu cerebro, hace que cualquier cosa se convierta en algo fascinante e inquietante. Que alguien pruebe a buscar sitio para aparcar escuchando el tema de amor de Vértigo o circular entre la gente dislocada en un atasco con el tema de Psicosis. Está claro, el título del blog, eso del tío Santi está loco...

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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