lunes, 5 de julio de 2010

K7



Buscando aquel latiguillo que al final encontré pero herido de muerte, me topé con cajas, cajones, bolsas y otros sistemas sencillos de almacenaje llenos de cassettes o casetes, también llamados musicassettes. Su valor es cero y ocupan sitio pero aún tengo varios reproductores y, por ahora, no pienso tirarlos. Recuerdo leer que en Philips se presentaron diversos prototipos para un cartucho con cinta magnética que sirviera para grabar y reproducir sonidos y, al final, entre el K1, K2, K3, etc, se quedaron con el K7. Era un sistema económico, relativamente sencillo que, aunque daba bastantes problemas, tenía su aquel, como diría el otro. Al principio lo ignorabas todo, como en todo, pero luego te convertías en un pequeño experto en arreglarlos, modificarlos, aprovecharlos o reciclarlos. Podías grabar sobre cintas originales sólo con poner celo sobre un par de agujeritos cuadrados que tenía debajo, podías cambiar la carcasa quitando cuatro tornillos, cambiar las bobinas, arrancar un par de pestañas para no borrar la música sin querer y así un sin fin de cosas. La posibilidad de hacer tus propias selecciones musicales, copiar discos raros de encontrar o incluso grabar tu propia música, todo lo tenías a tu alcance. Aunque había algo de pirateo, quedaba muy lejos de lo que sucede en la actualidad, parece que no hacía ni la centésima parte del daño que las técnicas de hoy en día hacen a la industria. ¿Quiénes acabaron con él?, pues, la misma industria que lo creó e impuso los CD,s como algo infinitamente mejor. Todo les iba bien hasta que pusieron en manos de los usuarios la posibilidad de grabar CD,s y compartir archivos. Si por una parte te venden cerillas... ¿quien va a pagar para que le den fuego?

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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