Mi tío Hilario pasa cerca de mí:
-¿Qué te han dejado los reyes Santi?
-Por ahora un par de caries.
Llevaba unos días pensando en dedicarle un post a Cliff Gallup, un extraño caso en el loco mundo del Rock'n'Roll. Su respetable afán por llevar un vida tranquila le alejó de las giras y sólo grabó dos long plays con Gene Vincent. Sin embargo, en los 35 temas que dejó para la posteridad con Gene, su gran técnica y sonido quedaron para deleitar al público e influenciar a múltiples guitarristas*. Justo al final de una extensa lista de grandes nombres, está un humilde servidor que aún se le pone la carne de gallina escuchando sus memorables solos, -realmente insuperables- que ejecutó usando una Gretsch Duo Jet, un amplificador Standel y una unidad de eco que él mismo había fabricado, eso dice la leyenda. Esta especie de Rimbaud del R'N'R volvió a los estudios de grabación en una única ocasión más, para grabar un delicioso disco de instrumentales, esto ocurrió a mediados de los sesenta. Trabajó durante años como director de mantenimiento y transportes para escuelas y tocaba los fines de semana, dicen que tocó hasta su muerte.
En mi segunda visita al dentista en menos de tres semanas, mientras abría la boca y cerraba los ojos, el inconfundible sonido de Cliff entro por mis viejunas orejas. También sonaron Sam Cooke, The Beatles o Elvis. Al despedirme de allí se lo dije a la recepcionista: "Qué mal rato he pasado pero la música ha sido excelente". Gracias Cliff.
*Por citar sólo a algunos: Jeff Beck, George Harrison, Eric Clapton, Albert Lee, Jimmy Page, Brian Setzer...
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