lunes, 28 de noviembre de 2016

Otro Fin De SeMaNa

Ayer llovió sobre Valencia con todas las ganas, me encanta ver como cae cuando estoy a cubierto, sobre todo cuando lloviendo mucho se arranca con más ganas, parece que sientes la rabia de los elementos. Fue el colofón a otro fin de semana con actividades varias, desde Ikea hasta la leche fermentada. Siguen pasando los días, a veces animados, en ocasiones perezosos, con todo hacia delante, como debe ser. Tocamos en Denia y fue un placer, me gusta el detalle que muchos clientes quieren pagarnos la bebida y les dicen a los camareros que pidamos lo que queramos, da gusto actuar para gente agradecida. Destruimos un sofá que parecía fabricado para durar eternamente porque costó menos derribar las murallas de Valencia que fragmentar aquel monstruo. Descargando aquellos trastos un marroquí se acercó para recoger los metales, otra mirada honrada de alguien que tiene poco. Me gustaría ser un empresario de éxito y contratar personal sólo por lo que me dice su mirada, me da la impresión que no fallaría mucho. 

jueves, 24 de noviembre de 2016

Centauros del desierto

Acaba como empieza, a través de la puerta vemos el mundo fuera de un hogar. Cuando por fin entrega a la niña capturada por los comanches, Ethan se da la vuelta porque es un lugar que no le pertenece, se sujeta el brazo con la mano, sabe que no puede entrar allí. Es un momento triste de soledad. Mi compañero mapache me ha sorprendido con este montaje, el logotipo raccoon en una de mis pelis favoritas. 

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Historia De Un Pato

Hará como 25 años, fui con mi pareja al hipermercado, al principio íbamos una vez a la semana con el coche pero lo dejamos pronto para acudir al supermercado y las tiendas del barrio, y después de pagar solía pasarme por la tienda de animales. Incluso cuando no compraba nada me gusta echar un vistazo. Tenían allí una pequeña bandada de patitos a un precio muy bajo. Era una locura pero me compré uno, volví a casa casi emocionado y lo instalé en una jaula grande y baja que tenía en desuso, por aquel entonces criaba periquitos en una habitación que era medio trastero, medio criadero. Pronto descubrí que la sandia le gustaba hasta un punto de locura, era verla y se ponía histérico y no cesaba en su afán hasta que no acababa con ella. Al principio llenaba el bidé y allí nadaba como si fuera un lago Victoria disminuido, resultaba muy simpático, agradecido, te seguía a cualquier sitio y se iba haciendo mayor. Cogí el hábito de subirlo al terrado a tomar un poco el aire. Una tarde coincidí allí arriba con un vecino y su perro cazador, el pato Lucas no se inmutó, se plantó delante del perro y le propinó un picotazo en el morro, el perrete huyó atemorizado. Vaya cazador que me he agenciado, dijo el vecino. Seguí creciendo y ya no cabía en la jaula y la solución primera fue ubicarlo en otro sitio para dormir, pero seguía creciendo.  Así que se lo regalé a una tía mía que tenía un chalet y bastantes animales, me dolió y eché de menos verlo comerse la sandía. Me dijeron que acabó en la paella y que salió buenísima. Pobret. 
Si fueran capaces de defecar en un sitio concreto, me parece que son de los animales más graciosos y cariñosos para hacerte compañía. Quien sabe, igual algún día puedo tener otro pato. 

domingo, 20 de noviembre de 2016

Brooklyn

No recuerdo haber estado antes en Pego, aunque entra de lo posible que incluso haya estado por allí tocando con alguna banda, mi memoria es grande pero no hasta el punto de recordarlo todo. Como enamorado de nuestro reino/país/comunidad o como usted lo quiera llamar me encantan esos lugares, escucho hablar en valenciano y me siento en casa, Pego tiene encanto.  Pues fuimos a tocar, en este otoño impredecible, y como siempre disfrutamos. Como no empezamos muy tarde, lo hicimos sin cenar, al acabar tras recoger los trastos nos fuimos a un estupendo restaurante llamado Rafel que nos recomendaron y que yo a su vez me permito recomendar con gusto. Volví a casa escuchando buena música, con la sensación del trabajo bien hecho. Ya en la cama y antes de dormir, tras un rato leyendo a Chandler, las imágenes, palabras y música del día danzan delante de mí, sin demasiada conexión, sólo los hechos recientemente vividos en una procesión espectral. Pregunté a unos niños donde estaba el lugar donde había quedado, ellos me miraban extrañados, seguro que les llamaba la atención mi forma de vestir pero fueron muy amables. Di la vuelta con la furgona y me seguían gritando: "¡Es allí, es allí¡".  En ocasiones, en mitad de una canción, me quedo en blanco, de repente dudo del siguiente acorde, el siguiente riff, son milésimas de segundo pero entonces mi mano, como si tuviera voluntad propia va al sitio y toca lo que una parte de mí ha olvidado, me resulta algo mágico. Al acabar el concierto, la gente vino a saludarnos, los hombres nos daban la mano y las chicas nos besaron y nos dijeron que teníamos que volver, que les había gustado mucho. Eso tenéis que decírselo al jefe del local, decíamos nosotros. Esperamos volver por allí, y que no coincida ningún partido de fútbol, anda Cuchillo, duerme ya...

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Bajo el Montgó


Fui feliz, todas las tristezas se colaron por el fregadero, sin decir adiós. Me dieron ganas hasta de escribir canciones, pero acabamos comprando piezas de fontanería. El sol brillaba para nosotros, una lavandera me miró y echó a volar como si supiera donde iba. Una llamada inoportuna retraso un pequeño encuentro, en un mundo lleno de problemas, como siempre ha sido el mundo desde el principio de los tiempos, pero nada parecía poder evitar que nos encontrásemos. Si escribo sobre las tristezas que me atenazan en ocasiones, ¿por qué no iba a escribir cuando me siento bien? No sería justo. El Montgó está precioso en esta época del año, como París o Florencia, lo miré no ya como una madre, sino como un viejo amigo prudente y esforzado. Hice una tortilla de patatas sin sal, pintamos una habitación de blanco, visité un local donde hablé con una encargada cuyo nombre rima con Lambretta, nos tomamos algo en el jardín del pulpo y volví a Valencia con el corazón en el asiento del copiloto. Me decía él que el fin de semana le había sentado muy bien y yo no veía la forma de contradecirlo. 

jueves, 10 de noviembre de 2016

Día de las personas con pulsera naranja


Dicen que hasta un reloj parado da la hora correctamente dos veces al día, Pues ahí estoy yo, dando bien la hora un par de veces cada 24 horas. Me pongo a escribir y me salen este tipo de disparates: 
En el desierto de su vida ella fue un oasis con una fuente de agua clara, con dátiles del tamaño del pulgar de un hombre grande con las manos muy grandes,  que hacían que la miel fuera amarga en comparación. ¿Qué hace el fugitivo en un refugio así? 
Dejo de escribir y cojo la guitarra, pero mi madre me llama para tender o cualquier otra cosa. Leo a Raymond Chandler, mientras un sol perezoso penetra por la ventana a través de la persiana, me producen puntos de calor los rayos de luz que delatan polvo en suspensión cruzando los agujeros entre los listones de plástico. Voy a ver a mi hija y su perrico, charlamos un poco, vuelvo a casa con las manos en los bolsillos, es un barrio tranquilo. Pienso en el próximo sábado, pienso en el próximo domingo, lo dejo justo antes de entrar en Consum porque el tema me inquieta. Allí al pagar la compra me regalan una especie de goma naranja, una pulsera dicen ellos, para celebrar el día de las personas. Invitan a los clientes a que den un consejo por el sistema de megafonía del supermercado, suenan voces entrecortadas con consejos para ser mejor persona y valorar las cosas importantes de la vida. Salgo al parque y me vuelven a asaltar los pensamientos, me los guardo en el bolsillo de la cazadora, por ahora deben esperar su momento. 

martes, 8 de noviembre de 2016

Un año con Al

Hoy cumple un año mi nieto Al, el perrucho malucho al que yo quiero mucho, es de mi hija, de ahí que lo considere nieto, da mucho cariño, compañía y afecto. Así que vale su peso en oro. 

lunes, 7 de noviembre de 2016

Rumbo a los 53


¿Días extraños? Últimamente todos, aunque si pienso un poco más ¿hubo días en mi vida que no fueran extraños? Me acerco a mi 53 cumpleaños, hoy han bajado muchos las temperaturas, casi como de repente, me miro en el espejo del ascensor y me he puesto una especia de sudadera azul con cremallera y capucha que luce un enorme 53 blanco más o menos donde tengo el corazón. A veces me siento como aquel tipo que se lanzó desde lo alto del rascacielos más alto de Nueva York e iba pensando mientras caía que de momento estaba bien. Lo malo será cuando llegue al suelo pero mientras también puedo disfrutar del momento. He pasado toda la mañana en el juzgado, como en un episodio de Perry Mason, he prestado mi testimonio prometiendo decir la verdad y así lo he hecho. Ha sido como un preludio de lo que me pasará a mí no dentro de mucho. Cuando termine este 2016, repasaré un poco el año, como suelo hacer en un momento fugaz, será como una montaña rusa. 

domingo, 6 de noviembre de 2016

Berry is on top


Miro una de las estanterías con libros, dispuesto a releer algo que distraiga un poco mi mente, me da la impresión que coja lo que coja ya no me gustará como antes. No sé si estoy perdiendo el amor por la lectura. Una excelente novela que me gustó mucho hace años me resulta insoportable, estoy en la cama pronto, un sábado por la noche, y apago la luz y miro al techo. Allí se suceden las escenas, recientes o lejanas, no sé quien es el director, pero forman parte de mi vida. Cierro los ojos pero todo sigue porque el proyector es mi cerebro. Recuerdo una frase de otra novela: "La mentira es más bella que la verdad cuando eres solitario y la primavera de tu vida ya ha pasado". 
Hoy es domingo, voy a acercarme a Beniparrell para ver tocar a mi amigo Luis Berry y degustar una paella rockin'. Iré con la moto e intentaré disfrutar del día, un otoño casi primaveral. 

sábado, 5 de noviembre de 2016

Otro noviembre

   

   Mañana charlando con el abogado, acopiando documentación, una mirada al abismo de la legalidad, un mundo paralelo de difícil compresión para los extraños. Luego con ResMex, almorzando y tocando un rato, cambiando las cuerdas de una guitarra, el luthier estaba cerrado, iremos otro día. Pocas cosas sientan mejor que charlar con un viejo amigo. Mi madre ha hecho pimientos, cosa que me encanta, califico su casa como El Reino Del Pimiento Frito, están deliciosos. Las noticias aburren al más pintado, consiguen que desees que las compriman en apenas cinco minutos y que te dejen en paz.  Todo va un poco lento, tranquilo, un poco falto de vida y sin embargo es vida en estado puro. .
           Ahí está el viento con su afán desmedido de arrancar las últimas hojas que seguían unidas a esos árboles de hoja caduca que rodean mi casa. Veo pasar los papeles que se detienen un momento en mis zapatos para marcharse después, se paran un momento para saludar. Tickets de la compra, publicidad con grandes ofertas en informática y móviles, alguien que asegura comprar tu coche al mejor precio posible. El barrio está tranquilo, algunos niños juegan pero el aire les desvía el balón, una multa ondea como un banderín en el parabrisas de un coche mal aparcado, el cabello de la pedigüeña en la puerta del supermercado le tapa la cara y ella intenta recogerlo, se le escapa el cartel que explica su caso y se levanta a recogerlo. Estoy haciendo casi surco de tanto seguir un camino que me lleva al ordenador. Como si fuera el principio de Back in the URSS al poco comienza a despegar y finalmente se apagará al cabo de un rato por exceso de calor. Ya tiene algunos años y estos trastos miserables no están pensados para durar mucho, escribo deprisa para acabar antes. El sol se pone, cae cansado sobre el oeste, un atardecer más con esa luz especial del otoño.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

TrisTeZas

Estas últimas tristezas que siempre van conmigo no vienen de la música y mucho menos de las actuaciones, al contrario, la música siempre me ha dado satisfacción y para ser feliz sólo tengo que tener una guitarra entre las manos. Son problemas emocionales de los que sólo puedo hablar de forma encriptada. La actuación me gustó mucho y nos trataron estupendamente, tanto el local como el público.a los que doy las gracias una vez más. Disculpadme si doy la tabarra con mis penas,


martes, 1 de noviembre de 2016

La Noche De Los Muertos


Se puede mezclar en una sola noche el trabajo, la diversión, la alegría, el dolor, la rabia, la belleza, la amistad y la tristeza, es un cóctel diabólico, pero es posible. Emociones que brillan como ascuas en la chimenea, recuerdos de momentos difíciles de repetir, daños colaterales, reencuentros agridulces, elogios del público o de otros músicos, la sensación impagable de que entre tu compañero de andanzas musicales y tú hay sinergia, borrachines que te cuentan sus problemas con las autoridades, moscones venidos del más allá y un cuchillo que intenta mantener el filo, puede que sin conseguirlo.

Tantas emociones me producen un cansancio que parece venir directamente de hombres que han vivido antes que yo, que se ahogaron en el mar luchando por reyes que no conocían. Me asombra seguir en pie, tener fuerzas para arrancar el vehículo, buscar la dirección que me devuelva a donde duermo.
Vuelvo a casa escuchando a Buddy Holly, me estremecen sus grabaciones en el apartamento de Nueva York, guitarra y voz, más tarde Norman Petty añadió de todo para seguir cobrando, lo triste es que quizás fuera el más indicado para hacerlo.
 La noche es terriblemente oscura, no hay tráfico y no voy de prisa, aunque esto último no es ninguna novedad, pero la ausencia de otros conductores me hace volver tranquilo.
Son las cinco de la mañana cuando subo a casa cargado con mi ampli Gibson y mi guitarra Fender Telecaster. Me miro en el espejo que me devuelve la mirada triste de un cincuentón herido por la vida. 

Buscar este blog

Me presento:

Mi foto
Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
Powered By Blogger

Archivo del blog

Etiquetas