miércoles, 20 de diciembre de 2017

Detective


Dicen que un resfriado dura una semana con medicación y sin tomar nada unos siete días, yo he optado por la segunda opción. Le he cogido un gran cariño a la báscula de mi madre y no quiero pesarme en ninguna otra, según ella ya peso 82. Sospecho que no debe ser demasiado fiel a la verdad, con lo cual cuadra a la perfección en este mundo y a mí, por una vez, me viene bien. Como suelo decir citando a Mika Waltari: "La mentira es más bella que la verdad cuando eres solitario y la primavera de tu vida ya ha pasado".  Anoche caminaba casi sin rumbo por las calles de Valencia, con un amigo desaparecido en combate y yo ordenando pensamientos, clasificando escenas, olvidando tardes, archivando noches, buscando frases para alguna canción, y me acordé de mi padre. Es raro el día que no piense un poco en él, recordándolo sigue vivo. No era, desde luego, muy dado a los halagos, más que nada por la forma que lo educaron y porque entendía que la vida ya era dura de por sí, el caso es que le costaba.  Pero alguna vez se ve que no pudo resistirse a hacerme alguno, para mi sorpresa. Durante los años que venía conmigo como "ayudante en jefe" con la furgoneta, donde nos alternábamos en los papeles de conductor-porteador y contador-preparador de la prensa, de vez en cuando había algún fallo, no cuadraba el asunto. El hombre se encontraba de repente perdido sin encontrar explicación.  Yo ponía en marcha mi memoria, analizaba el fallo, repasaba los detalles, pensaba en las cientos de acciones condenadas a un pronto olvido y decía: creo que ha sido esto. Aunque las variables eran muchas siempre había algo que llamaba mi atención, la clave del problema. Volvíamos al kiosko, casi siempre cerrado, abría la taquilla, repasaba el paquete y ahí estaba el fallo, su cara de sorpresa no tenía precio. Le daba la explicación de como había rastreado el error hasta encontrarlo y él me decía; ¡pareces un detective¡


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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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