Las cosas que guardas esperan su momento para verte otra vez. Abrir todas esas cajas es ver escenas de tu vida desfilando delante de ti. Quitar el envoltorio lleno de polvo, abrir el precinto con una navaja curva y ver allí instantes congelados en el tiempo. Cargar el carrito y llevarlo al contenedor, ir tirando fragmentos de recuerdos olvidados a la basura. Trastos y más trastos, retales de emociones lejanas. No tengo sitio donde guardar tantas cosas, hasta mi memoria debe estar casi completa ya. Son cosas que se almacenaron porque entonces había un lugar donde hacerlo pero ya no lo hay. Todo se junta en esta vida, o no pasa nada o pasa casi todo a la vez. Si la actuación del sábado era poco también tenía que ser esta semana algo que he esperado desde hace años y que quizás se presenta en el mejor momento posible.
Al final, tengo que admitirlo, tengo mucha más suerte de la que siempre he creído. Siempre soy el que se cabrea hasta el infinito por perder un avión que luego acaba estrellándose... Quizás la vida me mima pero de una forma confusa y extraña.
Al final, tengo que admitirlo, tengo mucha más suerte de la que siempre he creído. Siempre soy el que se cabrea hasta el infinito por perder un avión que luego acaba estrellándose... Quizás la vida me mima pero de una forma confusa y extraña.
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