The Long And Winding Road

Ahora que el andar equino casi se me había olvidado qué era tengo que ir al neurólogo, a ver qué me dice de mi tembleque. El viernes estaba tonteando, mirando al techo y pensando cuando me llamó Esponja, estaba por mi barrio. Me duché y acudí, el tío Paco vino un poco después, tomando unas cervezas pasamos el rato hasta la hora de la cena y de allí, Paco y yo, nos fuimos a LEDO, donde coincidimos con Fernandito, contrabajista de Rock'n'Bordes y nos hicimos unas fotos de recuerdo. Vas vestido de cuervo, me dijo Nando, igual que la última vez que te vi, bueno, supongo que sigo siendo un cuervo, tantos años después, no he cambiado con los años, llámalo autenticidad o falta de evolución personal. Tocaban Sara Gee & Ramblin' Matt con Isi al contrabajo. 

Al día siguiente, sábado como suele suceder en el calendario, nos fuimos a Jérica, a Randurias, mucho calor, el verano se resiste a morir. Como siempre todo muy bien, el local lleno, la comida excelente, la banda funcionando muy bien, con Álvaro en los tambores y Marcos al bajo. Siempre es un placer tocar con un grupo al  completo, rompí una cuerda de la Telecaster, cosa rara en mí, e hice casi todas la actuación con la White Falcon de Mr. Esponja pero muy bien, da gusto lo bien que nos tratan allí. Acabamos cenando en casa Juan, calle Islas Canarias, Esponja y Cuchillo, algunos cefalópodos, riquísimos, ese local me trae muchos recuerdos, es mi maldita ciudad, todo me trae malditos recuerdos, a David le encantó, maldita sea. Lo dejé en un restaurante donde actuaban unos amigos suyos, y aún le dio tiempo a hacer medio repertorio con ellos y romper una cuerda,  y me fui a dormir, estaba cansado, muchos días acostándome tarde y levantándome temprano. 

Domingo, quedamos pronto para ir a Jesús Pobre, fiesta de la cerveza, almuerzo en Favara, bocadillos de campeonato mundial, carne de caballo y calamarcitos, hicimos bien porque luego no nos hizo falta comer, Bonamar se llama, alejado de la carretera. Mucho calor, parece agosto, no finales de septiembre, a estas alturas el calor me tiene harto. Vino a vernos Gitti, bueno, fue a beber cerveza y nosotros estábamos allí, que tampoco está mal. La actuación fue un gran éxito, las personas que nos habían contratado estaban más que satisfechas, tocamos yo qué sé cuanto tiempo, empezamos casi solos y cada vez venía más gente, con otro horario hubiera sido la repera limonera. En un momento dado, le dije a David de sentarnos en el borde del escenario, bajamos los micros y tocamos así casi hasta el final, hubo magia, el público se entusiasmó, no puedo reproducir todo lo que nos dijeron porque me da vergüenza, pero genial, muy contento con The Roller Coasters,  y aún cenamos juntos en Denia, para seguir charlando sobre lo divino y lo humano, lo apolíneo y lo dionisíaco, contar chistes o hablar de la loca historia del mundo. En apenas unos meses, hemos hecho unas quince actuaciones, David/Esponja y yo, y muy buenas migas, es un placer tener un excelente partenaire como él. Volví a casa ya tarde, de noche, por la vieja carretera ya conocida, The long and winding road sonaba, con el muro de sonido de Spector, en el vehículo lunar, una lagrimilla luchaba por salir de algún sitio oculto, la música produce emociones. Entrando en mi vieja ciudad le dije algo a mi viejo corazón: "Estás bloqueado, muchacho".