Los recortes se notan hasta en la iluminación de las
carreteras, anoche me sentía como conduciendo en
una autopista hacia el infierno. En una noche oscura,
con el cielo cerrado por las nubes, oscura como la
boca de un lobo y con mi vista viejuna y caduca. En
un trayecto corto, de Valencia a Moncofa, cientos de
farolas apagadas. Había dinero entonces para
pagar la factura de le electricidad. Con un aumento de
concentración, sin poner música y tarareando antiguas
melodías volví por el mismo camino, detrás de un
gran
camión que me servía de guía. ¿Cuándo acabará todo
esto?
