

Chaplin y Fairbanks fueron dos amigos en la cumbre del éxito. Junto con Mary Pickford y D.W. Griffith fundaron la United Artists. Eran estrellas como ya no lo son las de hoy en día, las multitudes que iban a verlos, la fama y el dinero que obtuvieron. Las películas se veían igual en todo el mundo, no hacían falta dobladores, llegaron a alcanzar unas alturas impresionantes y todo eso se vino abajo con la llegada del sonoro. Estrellas de la pantalla plateada acabaron siendo porteros de los estudios porque su voz no gustaba. Los músicos se quedaron sin trabajo, ya no hacía falta interpretar la música en directo durante la proyección. La industria cinematográfica tuvo que luchar durante años para alcanzar el nivel al que había llegado antes del advenimiento del sonoro. Pocos actores y actrices dieron el salto al sonoro y siguieron siendo figuras de primer orden. El proceso por el que las estrellas pasaban la prueba dramática de enfrentarse al micrófono debió ser terrible. El sonoro llegó justo antes de la gran crisis económica de finales de los años veinte. Otra vez, un mundo dejó de existir para dar paso a otro.
Sólo Charles Chaplin siguió estrenando películas mudas después de "El cantante de jazz". Acabo de releer su autobiografía, últimamente estoy releyendo algunos libros sobre cine, se me ha removido la información que guardo de años de lecturas sobre esto. Qué lastima que se conserven tan mal tantas grandes películas y qué lástima que las nuevas generaciones no sepan casi nada o nada sobre todo esto. En fin, en todo esto se debe notar que me voy haciendo mayor, digo yo, cada vez soy más abuelo cebolleta.
La esencia del cine está en el cine mudo.