¡Piña¡

Estaba en el balcón, escuchando música con auriculares y pensando. Bares, pubs y restaurantes cerrados, actuaciones musicales suspendidas, pánico en los supermercados, colas interminables en los estancos, histeria, compras compulsivas. Extrañas miradas cuando te topas con alguien, ni se te ocurra toser, entonces eres sospechoso. No queda otra que aguantar el temporal, por suerte, siempre nos queda la música, alimento para las almas atormentadas. Subo a tender la ropa y me vienen a la mente viejas lecturas, de la peste en la Atenas de la guerra del Peloponeso, de las que hubo en la Edad Media, muchas más, todas con cosas en común, los seres humanos repiten mucho su comportamiento. Esto no es el Armagedón, no es el fin del mundo, pero es algo serio de verdad y lo peor aún está por venir. Bueno, grabaré vídeos tocando la guitarra y echaré de menos tener pareja... o quizás no.

La marcha de los santos

"Estamos siguiendo los pasos

De aquellos que han ido antes,

Y todos seremos reunidos,

En una nueva y soleada orilla,

Oh, cuando los santos vienen marchando."

Jopeta con el 2020, actuaciones y fiestas canceladas, buf, buf, buf...

¡Guau¡

Qué etapa tan extraña en mi pequeña vida, qué sensaciones más raras, ¿pasa algo o no pasa nada? La angustia interior que siempre va conmigo, yo no sé, no sé yo, yo qué sé,  qué sé yo, en fin. Han suspendido las Fallas, días confusos, no sé. 

Jukebox 08/03/2020

David M. Tormo & Amigos en Jërica (Castellón)

Put the blame on Mame

A alguien hay que echarle la culpa, aunque sea del homicidio de un personaje de ficción. Pobreta Mame, tenía la culpa de todo, un poco como Yoko Ono. Todo iba bien, pese hasta el abundante alcohol hasta que tomamos unas micheladas, se ve que llevaba tequila, porque me reventó el cerebro. Así que al cabo de un rato me fui andando a casa, desde el Liverpool de Russafa hasta Campanar hay un largo trecho. Me vino bien, está siendo un año duro este 2020, ¿y cuándo no? Bueno, mañana a Castellón y al terminar salgo disparado para Valencia, un par de bolos seguidos.

En el desierto del olvido.

Volví a grabar, esta vez con mi Gibson, este instrumental, lo compartí en Facebook y me llenaron de halagos, casi me sonrojo, la verdad es que es triste pero me resulta entrañable. Esta bien esto de expresarse con la música, me encanta componer. 

♪♫♪ En el desierto del olvido ♪♫♪

No todo lo que escribo puedo cantarlo, me gustaría escucharla en la voz de una chica, algo tan dulce yo no podría, era un tema con letra, triste para variar, pero también bucólico y ensoñador, pero siempre se puede hacer un instrumental, cuando la escucho la letra si suena en mi pequeño cerebro. 

Este domingo me voy a Jérica y al acabar salgo disparado para otro bolo en Valencia. Cuando veo a alguien me saluda, Hey tío, no paras de tocar, me lo dicen continuamente, bueno, de eso se trata.