martes, 12 de enero de 2021

RELATOS: ACCIÓN DE HUIR.

Relatos para pasar un rato.
Hoy presentamos:
ACCIÓN DE HUIR

Entonces pesaba 76 kilos e iba vestido de negro riguroso, mis demonios interiores mordían y chillaban, quería huir de ellos concentrando mi atención en algo absolutamente sin sentido pero que tuviera una lógica, no quería pensar. Vagar sin vagar, fijarme en algo sin interés para mí, ir hasta ninguna parte haciendo ochos como una abeja perturbada. Estaba enfadado con la vida y conmigo mismo, cogí el coche, llené el depósito, puse un lápiz de memoria con un repertorio variado de canciones del siglo XX cantadas por afroamericanos y una sola de un blanco, comencé el juego. Puse el orden aleatorio y una sola canción me haría parar, cuando un blanco cantase volvería a casa en silencio, mis demonios dejarían de gritarme, hubiera podido ser al revés. Duraría la cosa cinco minutos o cuatro horas.
Vi un coche de matrícula impar y lo seguí, pasados diez minutos fui tras un vehículo de matrícula par, todos de la misma marca, e iba cambiando, uno detrás de otro, fui detrás de muchos coches, sin llamar la atención, sólo pensando en ir alternando par e impar y que fueran del mismo fabricante. Pasé el puente de Peris y Valero tres veces, los ágiles dedos de Nat King Cole correteaban por el piano, llegué a Silla, Muddy Waters no estaba satisfecho, callejeé por allí, salí a la pista con Billie Holiday, las normas del juego me llevaron hasta Puzol, cambio de rumbo sin rumbo, llegué al Perelló, B. B. King, salí de Sueca. ¿A dónde me llevaría ese juego loco? Larry Williams, Billy Preston, Nina Simone o Little Richard... Conduces como una abuela, me dijeron alguna vez y yo contestaba que sí, pero que también cocinaba como una abuela... De Louis Armstrong a Robert Johnson, de Duke Ellington a Jimi Hendrix pasando por Sam Cooke, fumando regularmente, respetando las normas de circulación en busca de la nada. Eran otras vidas que desde la distancia observaba sin curiosidad para cambiar al poco por otro objetivo y siempre en movimiento hacia ningún sitio. Pasando Cullera, el sol caía derrotado y la noche llegaba victoriosa con las últimas notas de All along the watchtower, un pueblo al final de una recta entre arrozales: Favara. Bobby Vee sonó e inicié el retorno silencioso, los demonios se habían extraviado, debe resultar complicado seguir a alguien que no sabe a donde va.

 

miércoles, 6 de enero de 2021

RELATOS. WESTERN CHESS

Relatos para matar el rato.

                                                        Hoy presentamos:

                              WESTERN CHESS

Cuando comenzaron los disparos yo estaba barriendo el almacén, corrí hasta la puerta y allí estaba mi padre, las lágrimas bajaban por sus mejillas y su mirada mostraba un dolor profundo. El sheriff Garland yacía en medio de la calle, cosido a disparos, junto al cuerpo de una mujer que tampoco sobrevivió al episodio. Muchos años después, en el lecho de muerte, uno de los dos asesinos confesó su crimen. Lo hicieron por dinero, contrataron, si darle explicaciones, a una pobre viuda que apenas sobrevivía lavando ropa a domicilio y le ofrecieron unos míseros billetes por desmayarse a las tres de la tarde en medio de la calle, justo cuando el sheriff solía fumar sentado en el porche de su oficina. Los dos cayeron acribillados en un festival de venganza, celos y lucha de poder.
Mi padre pasó días sin hablar, haciéndose a la idea de que nunca volvería a jugar al ajedrez con su amigo. La tienda de comestibles de mi padre era el fruto de años de privaciones y sacrificios, daba de comer a toda la familia y allí mis hermanas mayores y yo ayudamos tanto como pudimos hasta fundar nuestros respectivos nuevos hogares. Allí en la tienda, por las tardes, el sheriff y mi padre jugaban la partida y con cada movimiento citaban un libro, una frase, generalmente corta. Sólo había dos libros para este juego, la Biblia y la Ilíada. Según qué movimiento, la cita cobraba fuerza, y era más entretenido asociar esas palabras a la jugada, que el juego en si mismo, ya que eran dos aficionados más que competentes pero aficionados al fin y al cabo. Si Garland movía el rey, decía: "¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?". Con la captura de las piezas importantes, el nivel subía y aún recuerdo a mi padre que precedía un jaque mate con: "Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, y él permanecerá para siempre." Tras tomar una torre enemiga Garland dijo en cierta ocasión: "Ares es equitativo, mata a los que matan." Yo atendía la tienda mientras ellos jugaban y si alguna vecina inoportuna llegaba en un momento crítico de la partida, los demonios se me llevaban y maldecía para mis adentros, excepto la mujer del alcalde, que a esa siempre la atendía mi progenitor pero, claro, entonces se detenía el pugilato ajedrecístico y citador pero no eran habituales las compras a esas horas. Sólo una vez pude jugar con el sheriff, cuando creí poder saborear las mieles del éxito me atreví a decir: "Pues sé muy bien en mis entrañas y en mi corazón
que día vendrá en que perecerá la sagrada Ilión,
y Príamo y el pueblo de Príamo, hábil en el manejo de la lanza." Dicho esto, en un par de jugadas me dio el jaque mate con una sonrisa. Ahora que soy un anciano que vive en un mundo que ya no comprende, con coches sin caballos, aparatos que vuelan como los pájaros y demás adelantos, echo de menos esas tardes de ajedrez, con el cálido aire del verano meciendo la cortina, dos viejos amigos, un hombre de acción y un simple tendero, hermanados por el amor al ajedrez y los libros, que disfrutaban de la amistad en un mundo que agonizaba bajo el peso del progreso.

sábado, 2 de enero de 2021

dESpEDiDa DeL 2020

 


2020 se apagaba como una vela y no resultaba fácil mirarle a los ojos para despedirse de él. Como diría Homero, triste por las personas que se habían ido y contento por haberlo superado, miré hacia atrás y no parecía un año, parecía un lustro y no bueno precisamente. También crecen flores en el fango y cosas buenas también pasaron, no todo puede ser malo. Quiero pedir perdón si a alguien ofendí o no cumplí sus expectativas, seguro que no fue de mala fé, agradecer a los que han estado conmigo su infinita paciencia y mandar un cariñoso abrazo de ánimo a los que han sufrido en sus familias esa maldita enfermedad. En mi caso particular, he pasado mucho miedo por personas que quiero y eran/son de riesgo, ojalá las vacunas nos libren del bichejo.

Durante los últimos años, hui de mismo refugiándome en los conciertos, las salidas, vueltas interminables en mi motocicleta, las desconocidas y los amigos. "El cobarde escondido en el campo de batalla" como alguien dijo. De repente, confinado en casa, no había escapatoria, sólo escribir canciones y reconciliarme, a medias, conmigo y con mi pasado. Desplumado y con las alas rotas, pero aún de una pieza, salvado una vez más por la música, veo llegar al 2021 y le abro esperanzado la puerta: pasa muchacho pero pórtate bien, hemos sufrido mucho.
Feliz año a todos de todo corazón.

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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