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jueves, 27 de diciembre de 2018

Ensayo en Denia




Haciendo las cosas al reves, inside out, una vez más. Después de muchas actuaciones, hicimos nuestro primer ensayo, justo al contrario de lo habitual en estos casos. Excursión al sur, con almuerzo en Favara, estación interestelar, en lugar de en vehículo lunar, hicimos el viaje en el transbordador espacial de Marcos, el bajista con nombre de evangelista. Repaso a los temas y arroz negro con allioli, a este paso voy a subir de peso, tendré que resistirme. Inmortalicé el momento en que Esponja bebió agua, con una fotografía de tamaño acontecimiento.  
Ayer pequeña Sali/da, con un gran encuentro con una excelente tapa de ensaladilla rusa, soy fanático, también queso camembert  frito con mermelada de arándanos, delicioso. Agradable conversación, los viejos días de escuela, profesores pintorescos, anécdotas varias. Acabamos en Mislata, viendo y escuchando un dúo de jóvenes que hacían versiones de The Beatles, con el gran Serch, muy agradable, la música en directo da vida. Serch me ha copiado la idea de gafas sin cristales, allí estaba muy simpático como siempre.  Paramos a ver una pintada, recordaba que me había gustado pero no me venia a la mente el texto. Lo leímos, me dijeron que me lo enviaban por watsapp, para no olvidarlo, no, no hace falta, no puedo olvidar algo dos veces: "Yo no guardo rencores, todo lo pierdo". 

domingo, 23 de diciembre de 2018

Chica soñada

















Tras tantos años en el mundo de la música sigo haciendo cosas nuevas y que me hacen ilusión, que es lo mejor. Como iba a tocar a línea, no llevé ni ampli, me fui a tocar al café Borneo en el bus, el coche de línea que decía mi padre, cargado con el bajo Rickenbacker de Sergio y con ganas de devolvérselo ya. Mola ir a tocar en autobús, aunque una vez, hace como once años, fui a tocar en moto. Me llevaron el equipo, llegué, bajé de la moto, probamos, tocamos, me subí a la moto y volví a casa, me sentí realmente genial.
 Pero voy al lío, fui con tiempo de sobra, Laurent me invitó a un cortado tocado de whisky sin alcohol, esperé a los muchachos, llegó Kike, charlamos. Hizo una paella bretona a la altura o por encima de muchas valencianas, gran éxito culinario, comimos en camaradería, probamos sonido. Fue llegando la gente, el sol ya estaba caído, me había llevado unas gafas de sol, regalo de una chica, y ni corto ni perezoso, procedí a quitarles los cristales oscuros, ya tenía mis gafas tributo a Buddy Holly. Me puse a hacer el payaso Cuchillete, hablaba con la gente, ay, ahora llevas gafas, entonces me metía el dedo y me tocaba el lagrimal y todos decían, no llevan cristales. La actuación muy animada, el grupo empujando con fuerza, impreciso pero potente, la gente llena el local entregada, fue muy divertido, muchos colaboradores, incluyendo a Esponja. Estaban por allí Serch, ResMex, Luis, Toni Ricor, Pacobeat, Brian, Ester y muchos más amigos. Al terminar, que costó salir de allí, colocamos el bajo en el vehículo de Serch y cogí mi cable, mi correa y mi afinador, no se puede acabar una actuación llevando menos cosas. 
El cable fue en mi mano hasta el final de la noche, me acercaba a la gente y les decía, si queréis os echo un cable. Cenamos cuatro gaticos pequeñicos, hablando sobre el salvaje mundo del R'n'R, hambuguesas y bocadillos, Toni se va, el resto al Volander, el bandido y yo caminando, Luis en moto lunar, para ver a David M. Tormo. Allí están Sali y Cristina, subimos a hacer un Why don't we do it in the road, Serch y servidor, hacemos el trenet detrás de David cantando por todo el local, nos reímos, sigo haciendo la broma de las gafas, se las pongo a DMT en el escenario, abrazos, dedicatorias. 
Nos vamos al Novelty, esperamos a un taxi en la avenida del Cid Campeador, cuando llega uno, unos espabilados procedentes de un país lejano le echan morro y salen corriendo para cogerlo, no vale la pena discutir... pero el taxista pasa de ellos y nos recoge a nosotros unos metros más adelante, nos partimos de la risa. Llegamos al Novelty, Cris, Sali, Serch y el hombre de las gafas sin cristales y el cable en la mano. Allí están Perla, Ester, Mary Lou, Yoli, Vicky, bailamos, alguien me pregunta si Serch es de fiar, hombre, es mi amigo, con eso te lo digo todo. Salimos Sali y yo, cuando volvemos Serch está arriba del escenario, atacando con The Wanderers el I saw her standing there en Re, mira, no es de fiar, salgo dos minutos y ya está en el escenario sin mí. Bailamos, bromeamos, llega Marilo, hombre, tú eres Santi, eres más guapo en persona que en Facebook, sí, digo yo, y también más alto. Mary Lou me dice, sal a tocar Cuchillo, me acerco a Vince y le digo que soy una joven promesa y pido una pequeña oportunidad, me invita al escenario. ¿Qué hago? Recuerdo las gafas de Buddy Holly en mi bolsillo, me han dejado una Strato, está claro,  me marco Peggy Sue, muy motivado, se me olvida dedicarla a Sali, soy un desastre. Me felicitaron muchos, se ve que gustó, a ver si consigo alguna foto, me hace ilusión. 
Más risas, volvemos a casa, desde el final casi de Mislata hasta casa, caminando, alguien coge un taxi, hablamos sobre la vida, acompaño a Sali, sus tacones resuenan por las calles vacías, mis pies, con los viejos creepers que me regaló Paco Seguí, que no son los más adecuados para caminar tanto. Cruzo el puente de Campanar, hace frío y una humedad salvaje y homicida,  en uno de esos momentos en que algún pensamiento asesino -contra mí mismo, por supuesto- viene a por mí, ¡alto ahí, truhán¡ ya está bien,  las medusas viven sin cerebro y yo sin corazón, ha sido un gran día, llego a mi cama a las cinco, no voy a dormir mucho...
Domingo, ensayo con Jukebox, salgo de allí pitando, a comer con mi familia materna: "¡Estás muy delgado Santi¡". 

lunes, 22 de octubre de 2018

Cuchillo Volador


Las intensas lluvias del jueves nos obligaron a suspender el ensayo de Portuarios y la salida con amiguetes programada a continuación, el destino escribe lineas extrañas. Así que el viernes nos vimos unos cuantos de los de siempre en la Valero, dispuestos a liarla.  Me vino a la mente que el viernes 19 de octubre era el cumpleaños de Edgar Allan Poe, pero era una baile de datos, nació el día 19  pero de enero y falleció en octubre pero el día 7, a veces esos recuerdos se confunden, pues nada, no era el día que él nació, de algo me sonaría esa fecha. Fuimos a un sitio que descubrí con mi olfato, tan bueno para unas cosas y tan malo para otras, y la cena estuvo de categoría. Con los cabroncetes de mis amigos son con los únicos que bebo, y cómo beben, nos zampamos tres botellas de vino. Ansioso por satisfacer el único vicio que me queda, casi, fui a la barra y pedía la cuenta... ¡¡¡265 pavos¡¡¡ Se habían confundido y nos habían cobrado 100 croquetas a 1,80 cada una. Nos hicieron la corrección necesaria y se quedo en 100 pavos, que tampoco está mal, creo que voy a acudir al café a partir de ahora, jajajaja. Y 100 croquetas dónde irán, fue el cachondeo de la noche, entrábamos en los pub preguntando si tenían croquetas y cantábamos la canción con la letra cambiada. Nos reímos mucho. Llegué a casa un tanto perjudicado, no estoy acostumbrado, pero la cama estaba quieta y dormí, tras pensar un poco, como siempre también. 


El sábado por la mañana almorcé con Mr. Sponge en un sitio muy interesante, inmensos bocadillos y eso que pedimos medio... el entero da para alimentar a una familia dos días. De ahí al ensayo de Paterna con Los Portugueses, digo Los Portuarios, y muy bien, David disfrutando y cantando con ganas. A la tarde me pasé por el Borneo, (me dijeron que iba muy guapo... ¡otros hombres¡ Piña, esas cosas dan ánimos, ahora falta que me lo digan las chicas... ) lleno de músicos para escuchar Jazz muy bien hecho y con mucho gusto, pero al día siguiente me esperaba una jornada complicada y me fui a casa, lentamente, muy lentamente y pensando, como tantas otras veces. Ya no era la tristeza en persona, era un sentimiento que se asemejaba a ella, como un charco que ha dejado la lluvia de la noche al llorar por el día, que diría mi admirado Paul, pero ya no era ella, era lo que dejó. Llegué a casa con ganas de tocar, cogí la Grestch, la enchufé en el Gibson con las válvulas cambiadas y una melodía llego a mis dedos, era preciosa, realmente bonita, era el rastro que había dejado mi tristeza convertido en notas, con cambios de modo y de tonalidad, algo evocador y realmente bello, me emocioné por mi hallazgo, ¿era eso realmente mío? Me acerqué al comedor y la toqué para mi madre, se quedó encantada, sí que es bonita, me dijo. Otra vez la música como salvadora de almas atormentadas, eso sí que es un clavo y un buen pez en el mar. 


No puedo escribir todo porque me sale una novela pero el domingo fue increíble. Excelente almuerzo en la plaza de Campanar, con David charlando, las charlas no se acaban. Cargando equipo, primero en casa, luego en el ensayo de Massanassa, Tetris perfecto, allí mismo le digo los acordes a David y tocamos mi melodía con dos guitarras, me suelta: "esa melodía eres tú" jopetines, fue algo emocionante que me dijera eso. Hoy la revisaré de nuevo, está por completar pero promete mucho.., si la pusieran de banda sonora de una buena película me haría de oro... y entonces me reiría de verdad, de supuestas personas sin sentimientos, frías, calculadoras, y materialistas pero no sucederá, la vida no es así, lamentablemente.  Llegamos al Folsom, prueba larga, David luchando contra el equipo y las 10.000 manos que lo han toqueteado, conseguimos solucionar problemas con cables y conexiones gracias a su inestimable ayuda. Luego paella, picoteo, tarta, es el cumple de un asistente incondicional a los conciertos de R'n'R. Charlo con él sobre los viejos tiempos, cumple 58, tiempos de lecherías, rockers muertos por las drogas, peleas con mods, diferentes bandas de muchachos de principios de los ochenta, garitos donde ponían lo que nos gustaba en música, he tenido un presentimiento al empezar a hablar con él, por todos los demonios del infierno, una vez más, el presentimiento se cumple. Es un buen tipo y su mujer encantadora.
Presionando para empezar lo antes posible por fin subimos al escenario, el tiempo me muerde los talones, nada más terminar David y yo tenemos que salir cagando vinagre, como decía mi abuela, para Xalò o Jalón, No me reservé, lo di todo, bailé, salté para hacer las síncopas, bote, canté sin micro desde un corazón que ya no está conmigo, sigue en Favara, las canciones de Los Portuarios como: "Nunca olvidaré tu falso amor, ése fue mi gran error" o "Ella se marchó, se fue de mi lado, dejándome helado el corazón", sus temas propios son buenos, tienen encanto.
Con la última nota sonando aún en el aire, subimos los cosmonautas al módulo lunar y salimos disparados, Cuchillo Volador, eso se ha visto pocas veces, hasta cogimos la autopista, sin parada en Favara, adelantando vehículos hasta de alta gama, Esponja se sorprende, Álvaro nos llama, la noche cae, como una pluma perdida por un cuervo en su vuelo. Leve confusión, perdemos unos minutos precisos, Álvaro nos vuelve a llamar, me suena el camino, pero hemos ido por Benissa, yo sé que hay un camino más corto. Llegamos a Jalón, montamos en nada, recuerdo la última vez que estuve allí, lo sé porque me encontré a Danny Boy y le pregunté si tenía algún micro para venderme, fue en el 2016, los sitios permanecen pero las circunstancias cambian a veces de forma radical. Vamos más justos que todas las cosas, montamos y tocamos, lo dimos todo los tres, yo estaba desatado, saqué la máquina de hacer el cabra y la puse a tope, no escatimé nada, más aún que con Portuarios si ello es posible, toqué con la botella de cerveza del cura, brinqué, canté como si me fuera la vida en ello, saqué una silla y me senté en medio de todo para hacer un solo, enrollé el cable como diez veces, hice trucos que conozco desde joven y que en el fondo detesto pero sé que es lo que quiere la gente, más show y menos tocar bien, pirotecnia que decía yo. Tanto moverme, tanto cantar mirando a un cielo que cubría el techo de casa Aleluya que mi camisa negra se empapó, me la quité y toque a pecho descubierto. En la parada David me dejó una suya, hawaiana, y seguimos el show, David brutal, sudando la gota gorda también, dándolo todo como si no hubiera un mañana dando clases de filosofía en un colegio. Una holandesa venía al micro y cantaba los instrumentales, así que dije en inglés que era una buena idea, la próxima vez haría yo eso y me dejaría el equipo de guitarrista en casa. También la tradicional actuación del porrón y el chorro en la frente del fundador del local. Bueno, mil cosas, todo bien, al acabar el bolo, todo el mundo felicitándonos, peticiones de tarjetas y números de teléfono, la propietaria muy contenta, no me esperaba esto, nos dijo, nadie hace tanto espectáculo. Fuimos tan apurados de tiempo que no hicimos ni una triste foto, a ver si consigo alguna de alguna forma, y así esta laguna se salvará. Fantásticos The Roller Coasters, francamente memorable.  Le dije al cura que sabía que le iba a gustar mucho la cena, yo había estado varias veces allí en mi tercera vida. Vuelta a casa, elijo esta vez el camino más corto, maldita sea mi memoria, recuerdo cenas, paradas en moto para hacer fotos y yo qué sé, no sigo. Paro donde siempre, una noche preciosa, hago una foto de Favara nocturna, pienso un poco, vaya domingo, los recuerdos brillan como un ascua en la chimenea, hay que mantener una distancia, no tocarlos porque queman. 

domingo, 7 de octubre de 2018

Imágenes


El jueves Toni me sacó de casa, le dije a la tristeza que se quedara guardada en un cajón y nos fuimos a cenar una hamburguesa, él de chico bueno de los cincuenta, yo de la misma época pero de malote motero y barriobajero. Pasamos por el Borneo y acabamos en la jam de LEDO pero la tristeza había salido del taquillón, me había buscado por toda la ciudad hasta dar conmigo. Los músicos iban saliendo, Toni quería homenajear a Eddie Cochran por su cumpleaños, pero llegó un momento en que me fui, muy lentamente me fui... Me supo mal por él, lo dejé solo pero no podía, crucé el puente de las Glorias Valencianas, eso hay que ponerlo con mayúsculas, más vencido y derrotado que Asdrúbal el beotarca en el 146, con la arena de mis fracasos en mis ojos pero incapaz de hacerme soltar una lágrima pese al dolor. Sentí dolor y no tenía nada para paliarlo, un dolor seco y mudo, amargo como la peor de las almendras amargas, sentí la muerte caminar a mi lado. No te tengo miedo, le dije a la parca, lo sabes, ella me miró, se río, me dijo que me fuera a dormir, añadió un idiota como el que tira un pañuelo de papel usado a una papelera de calle y ni mira a ver si ha entrado. 



Viernes, llevo a mi hija a su cursillo, volviendo pierdo su casco, lo recupero, la tristeza corre tanto como mi moto, que no es que sea mucho conmigo en el manillar, la mano derecha me tiembla. Por la tarde enfilo hacia el sur, paro en Favara echando de menos a Esponja,  sigo sintiendo que hay un movimiento en el lado oscuro de la fuerza. Al llegar a las Marinas, con tiempo de sobra para perder y pensar, ando un poco hacia el mar, hay un restaurante con loros y tortugas, vaya, he estado aquí antes, en mi tercera vida. La actuación fue un éxito completo, me maquillé de blanco, me puse la nariz roja, la peluca verde y actué. El público muy variopinto, desde belgas hasta escoceses, todos disfrutando, cantando los estribillos, riéndose de nuestras payasadas,  voy improvisando y Álvaro me sigue el rollo y muy bien, la gente ríe, no desvelo los gags, los usaré más veces, el dueño encantado, nos dice de tocar cada quince días allí. Sacrifico un poco mi forma de tocar la guitarra por el show, doy pinceladas pero no puedo estar en todo, hacer introducciones, cantar, hacer los solos -excepto los de batería, evidentemente- cantar, el sonido general, las letras, los finales... son demasiadas cosas, además hay que atender a la reacción del público, pero bien, realmente bien. Vuelta a casa, la soledad se sienta en el puesto de David, la tristeza va detrás, ni siquiera escucho música. Control en Gandia, me paso la lengua por el labio superior, pensando en que voy a volver a soplar pero esta vez no, me extraña, no puedo ampliar de colección de boquillas y resultados cero, cero. Estaciono el vehículo lunar en Favara, bajo las ventanillas, paz de cementerio, es muy tarde, llevo días casi sin dormir, casi le mando un mensaje al cura rockabilly pero no me gusta ser pesado, aunque puede que a veces, a mi pesar, lo sea. Pero estoy fuerte, al quitarme el maquillaje, el semblante triste no está exento de cierto orgullo. 


Almuerzo en el casino de Campanar, charlando con Esponja, vemos a Xaro, personaje de mi segunda vida,  y le presento a mi compañero "montaña rusa", pasamos por el estanco. Después  caminata hasta Borneo, lo dejó allí y regreso al hogar, debo descansar. Vuelvo sobre las seis para ver a los Wanderers, David canta One night, showman espectacular, el tío Paco y el Lagarto están también por allí, mi querida María José charla conmigo, gente del ambiente rockin' , saludos y besos. Terminada la función nos vamos a cenar varios músicos amigos con un par de chicas y de ahi a LEDO, mas no entramos todos, me han dicho que tengo que ir al museo del rock valenciano...






Como el guerrero de Moixent, soy muy pequeño pero estoy en un museo, con mis compañeros de Los Cuervos y Los Relevos, claro. Esponja ha absorbido mucho líquido y se emociona, me dice que estoy en casi todas las paredes y hay unas cuantas, se muestra entusiasmado, yo no siento nada, aunque me alegra esa pequeña justicia poética, también están Los Renegados, Luis y David posan con el nombre de su banda. Paredes llenas de recuerdos, unos cuantos que yo perdí, aquellas entradas, aquellos carteles, algunos la primera vez que los vi fue ayer allí, fragmentos de mi juventud, enmarcados, con tantos compañeros de la escena local de los ochenta, algunos se fueron ya.  Volvemos a casa caminando, dejo a David, abrazo, quedamos para el día siguiente, vuelvo a Campanar, caminata. Me siguen acompañando las tristezas que siempre van conmigo últimamente. Una sonrisa triste se apodera de mis labios, pienso no en mí tal y como soy ahora, en mi cuarta vida, sino en otras vidas,  pienso en ese muchacho que aprendió a tocar la guitarra prácticamente solo y se puso a escribir canciones, formó un grupo y luchó como Don Quijote contra los pellejos de vino, contra los molinos de viento. A ese chaval si le hubiera emocionado y mucho, ése muchacho que  murió en las navidades de 1987. 


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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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