
Desde niño me fascinó la historia de Cartago y el paso de los años no la ha disminuido. Otras grandes ciudades, como Babilonia, fueron perdiendo su importancia hasta desaparecer. Cartago fue destruida en un momento de prosperidad económica por su gran rival, Roma. Los cartagineses tampoco es que fueran unos santos pero no querían conquistar e imponer su cultura a todo el mundo. Se contentaban con comerciar y vivir lo mejor posible y quizás eso fue lo que permitió su destrucción. No sé, en varias cosas me recuerda a Valencia. No voy a hablar aquí de Aníbal Barca, es uno de mis personajes favoritos de la historia y se merece una nota en solitario. Por cierto, sólo tengo una hija y se llama... ¡Dido¡
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