
Es lo más bonito que he visto en mi vida y lo que más quiero también. Si los hijos son mensajes que enviamos al futuro, ¡qué mensaje tan bonito es éste¡. Es mi hija y no soy imparcial, no podría serlo aunque me quemaran las orejas con un soplete pero es que tampoco quiero.
Cuando empezó a andar, lo hizo casi al año y medio porque no quería caerse y de hecho nunca lo hizo, yo estaba sentando en el sofá y se acercó. Mientras me miraba a los ojos, cogió el dorso de mi mano y se la puso en su mejilla durante un rato. Me estaba diciendo "te quiero" sin hablar. Fueron los dos minutos más bonitos de mi vida.
Sobre mi hija no puedo decir, como en tantas otras cosas, aquello de: "jugaron como nunca y perdieron como siempre", ha sido lo mejor que me ha pasado jamás.
1 comentario:
hey cuchillo....
soy mr grey, me ha emocionado tu relato acerca de tu hija... yo estoy pasando ahora mismo por esos momentos...
enhorabuena por tu blog
un saludo
Publicar un comentario