
Ayer fui a coger la moto y la rueda delantera estaba pinchada, me quedé con las ganas de dar una vuelta. Ahora, mientras espero que pasen unos minutos hasta que venga la grúa para llevarla al taller, pienso cuantas veces me han pasado cosas así. Como a todo el mundo, por otra parte, más o menos, es verdad. Cada palo aguanta su vela, que dicen los marineros. Un tío mío dice que si él lleva diez kilos de carga y otro veinte, los que a él le pesan son sus diez. A veces parece que la vida son una pequeña sucesión de pequeños desastres. El caso es que me apetecía dar una vuelta ayer y me gustaría tenerla para el fin de semana, como dijo el ciego, ya veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario