
Se me ha ocurrido hacer un post sobre Campanar, después de casi once años viviendo aquí, lo que me pareció, como está ahora, en qué ha cambiado pero luego he pensado que no, no me apetece, otro día lo haré. Un momento después me ha venido a la mente escribir sobre algo que le pasaba a mi abuela materna durante sus últimos años. De pronto se encontraba mentalmente como si estuviera en 1941, 1956 ó 1974. Me llamaba mucho la atención, probrecica mi yaya, y me entristecía pero al mismo tiempo me hacía gracia. Me imaginaba a mí mismo en esa situación (aunque no creo que llegue), en el año 2043 y despertando como si fuera 1983, 1997 ó 2008. En fin, tampoco me apetecía divagar sobre eso, quizás otro día. De repente me he acordado que llevo meses pensando en hacer una entrada del blog sobre El hombre que quiso reinar, collons, pero me gustaría volver a verla antes de hacerlo, aunque sea por vigésima vez, así que no, hoy no, otra vez será. Recuerdos, tonterías, chistes, fracasos y ratos perdidos se agolpan a la salida de mi memoria para entrar aquí pero no tengo ganas de nada en concreto. Sin demasiadas ganas de nada pero éste es mi ánimo muchachos...
1 comentario:
Me recuerda mucho tu entrada a eso de: "Te voy a decir una cosa... aunque... no, mejor no.. Ah, no espera... esto otro que... no, eso tampoco..." jeje
Que buenas risas.
A las 9.30 hora local te vere cerca de la barra del indio, con algo de dinero en los bolsillos, algun purito preparado y muchas ganas de pasarlo bien amigo Cuchillo Peludo.
Publicar un comentario