
En este humilde blog escribo sobre todo acerca de cosas que me gustan, intentando explicar, dentro de mis limitadas posibilidades, porqué, cómo, cuándo me impactó determinado artista, aquel libro o tal película. Hace mucho tiempo que me di cuenta de que cada vez se habla más de gente que no vale la pena. En todas las épocas han habido bufones, debe ser innato a la condición humana, pero no es algo que me guste. Parece que mirando a gente de gran talla, todo el mundo se siente inferior y, sin embargo, riéndose de pobre infelices, ahora llamados frikis, deben sentirse bien. Creo yo que debe ser por esto que tanta gente destaque por abajo, como decía uno, y consigan su hueco en la galería de personajes conocidos. Un asunto más en que mi reino no es de este mundo.
Sin embargo el humor es de las cosas que hacen que la vida valga la pena de ser vivida, la risa es una de las cosas buenas de la vida y es un arma formidable para defenderse de los golpes del destino. Siempre he intentado reírme de mí mismo más que de nadie y, la verdad, doy mucho juego. También me voy fijando en las personas y me hacen gracia pero no creo que eso tenga que ver con los frikis o freakis que salen en tv. Todos hacemos cosas graciosas sin darnos cuenta. El otro día, acababa de aparcar mi furgoneta, y presencié a una mujer hacer un gag digno del mejor cine mudo. La pobre señora se acerca al contenedor de plásticos y comienza a lanzar dentro como una decena de botellas de vidrio, luego pliega la bolsa de plástico y la tira al contenedor de papel. Al contenedor de vidrio ni lo miró. Parecía una ocurrencia de Chaplin, éste era un genio que hizo reír al mundo entero, era actor, director, guionista, productor, compositor musical y propietario de sus películas y puede que fuera el hombre más famoso del mundo de su época. Me parece mejor reírme con un genio que hacerlo de una pobre persona que no tiene cultura y no sabe hablar, padece graves problemas psicológicos o lo que sea, no pienso citar a nadie en concreto.
Cada día veo menos la televisión, la mayoría de los programas dan ganas de vomitar, incluso los que no son directamente despreciables parecen tonterías.
El caso es que, por poner un ejemplo concreto, en lugar de hacer un programa de bailarines profesionales, para que el público pueda admirar a gente dotada para el arte y que ha pasado años practicando y esforzándose en rozar la perfección, montan una especie de concurso donde gente que no sabe bailar pero son famosos, y algunos no sabrán nunca, intentan aprender a hacerlo. No entiendo nada pero nada de nada.
A principios del siglo XX los teatros se llenaban para ver bailar Anna Pávlova, han pasado cien años y ahora la gente ve en su televisor "Mira quien baila".
Ésta es mi opinión, escrita sin ánimo de ofender a nadie, igual no tengo razón, puede ser...
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