

Para variar salimos a cenar un viernes, que no es lo habitual, vamos al indo-paquistaní. Casi
le pregunto a "Tony", ha adoptado este nombre aquí pero no sé como se llama realmente, si lleva el kirpan debajo de la camisa. Cuando éramos críos resultaba raro ver un extranjero, hoy cualquier patio parece la sede de las Naciones Unidas y, en general, me parece estupendo. Bueno, tenía curiosidad pero no se lo pregunté, por si era una falta de respeto, como dicen en El hombre que pudo reinar: "diferente país, diferentes costumbres". Dimos cuenta de nuestros respectivos platos, siempre pedimos lo mismo. Me gusta el picante y todas mis expectativas se vieron colmadas y aún superadas, después de cenar podía matar un elefante de un morreo. Dido disfruta como nadie, pocas cosas le hacen tan feliz.
Luego me subí a la moto y me fui a ver una obra de teatro, no siempre puedes permitirte el lujo de conocer personalmente al protagonista pero en este caso sí. Me gustó, me reí, fue un rato agradable. La obra era divertida, irreverente y todas esas cosas, no diría iconoclasta, ya que se queda bastante corto. Me hizo gracia cuando hablaba con acento mallorquín y un Rei En Jaume I el Conqueridor que hablaba con acento argentino. En fin, si la ve alguno del PP le da un infarto.Al acabar la obra me saludó: ¡Cabrón, has podido venir¡ Bueno, Ramón Orozco, eres un crack.
Luego me di una vuelta pero empezó a llover y volví a casa, en la moto suelo cantar, aquella noche tatareaba I Forgot to remember to forget.
No hay comentarios:
Publicar un comentario