Mira que soy malo con las caras, paso muchos apuros en esas situaciones. Ayer sin ir más lejos, en una breve y fría nueva edición de las aventuras del motorista solitario, un tipo se acerca a mí con la mano extendida por delante y dice: "Hola Cuchillo". Tierra trágame, pienso yo buscando en mi vieja memoria aquel rostro desconocido. Tengo que disculparme y rogarle por favor que me diga quien es. "Ah sí, perdona, soy muy malo para reconocer a la gente". Es un guitarrista y cantante con el que he hablado varias veces y charlamos sobre las guitarras Gretsch, gran tema, desde luego.
Cada semana me pasa algo así, el día de la reconstrucción histórica, hará un par de semanas, nos acercamos al primer bar que pillamos en el camino, Sonia, Merche y yo. Alguien sale y me dice, Santiago, cuánto tiempo, buf, ya estamos. Era Tony, representante de Polygram cuando yo trabajaba en Warner. Me sabe mal, pero no puedo evitarlo. Hasta con chicas despampanantes me pasa y si no soy capaz de recordar la cara de un mujer estupenda... ¿cómo voy a recordar los rostros de los hombres?
Aprovecho la entrada para colocar aquí la foto de uno de mis discos preferidos, obra del inmenso talento de Ray Davies.
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