
Ya está aquí la canícula, esas semanas del año en que el calor aprieta hasta casi ahogar. Me alegro por los frioleros, colectivo por el que siento una envidia, no sé si sana o insana ya, pero el resto de los mortales... ¡qué mal lo pasamos¡ Agosto acaba de empezar y se presenta, no diré como siempre, quizás un poco peor, lo cual dice bastante en una vida como la mía repleta de agostos no precisamente inolvidables. Sin embargo, harto de ver que los pensamientos negativos traen cosas negativas, casi que deseo mirar este mes con confianza. Tenía razón aquella historia de la caja de Pandora, aunque todo se pierda, siempre nos queda la esperanza.
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