
Ayer me pasé unas cuantas horas en la moto, dando vueltas sin dirección fija, me fijé que en el pub donde no hay nadie fumando en la calle, fijo que dentro tampoco hay gente. La primavera ya está aquí, con su tiempo inestable, sus días gloriosos y sus lluvias en abril. Así que la moto es un refugio como cualquier otro, una huida hacia adelante hacia ningún sitio. Al lado del colegio del Nou d'octubre me tiré diez minutos esperando que cambiara el semáforo. Mientras daba vueltas o miraba a la basca apurar sus cigarrillos, esperaba en semáforos eternos o fumaba en la Triumph pensaba en los cuatro temas elegidos para mi modesta grabación. No demasiado ya que tanta responsabilidad me abruma. ¿Quedaré contento por primera vez de algo hecho por mí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario