Once Años

     Por apartados lugares de interés pero sin apenas visitantes en esta época del año. Saboreando el placer de conducir sin prisa por carreteras llenas de curvas con paisajes preciosos. Ha cumplido once años y ya casi puedo decir aquello de mi vieja Triumph, aunque se conserve joven. En estos días en que hago de Lillian Gish, con la escopeta en las manos y cantando sin miedo junto a Robert Mitchum que espera fuera para la eterna lucha entre el amor y el odio, la moto me salva y me renueva la sangre, dándome ganas de vivir para seguir disfrutando. Después de tantos años sin grandes cambios, todo se sucede ahora con prisas y echo de menos instantes de tranquilidad.