Recojo a mi hija en Cata-roja y la llevo al campus del Tarongers, un largo camino en moto, el aire dándome en la cara, en los semáforos me vienen pensamientos cruzados. Cuando paro tengo varias llamadas perdidas, mensajes de aplicaciones, lío y más lío. Vuelvo hacia casa, viendo mi ciudad, un sol primaveral me da en la cara pero lo resisto bien, me asaltan más párrafos para canciones que ya están terminadas. No, hombre no, termina con las que están inacabadas, no modifiques lo anterior. Todo está cambiando, nada se detiene, un salto hacia delante. La hospitalización domiciliaria puede acabar el martes, los proyectos se amontonan, ganas de hacer cosas, pensamientos enrabietados, igual soy lento pero todo va saliendo, todo se va comprendiendo, a veces hace falta la clave, el toque mágico para comprender. De una forma intuitiva descubres la verdad, casi sin procedimiento lógico, quizás concretarlo ayuda más y mejor, puede que yo necesitara asimilarlo también así. Todo Champollion necesita su piedra Rosetta.
"Conocer el pasado es una forma de liberarse de él, porque la verdad permite asentir o repudiar con total lucidez". Raymond Aron
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