lunes, 22 de octubre de 2018

Cuchillo Volador


Las intensas lluvias del jueves nos obligaron a suspender el ensayo de Portuarios y la salida con amiguetes programada a continuación, el destino escribe lineas extrañas. Así que el viernes nos vimos unos cuantos de los de siempre en la Valero, dispuestos a liarla.  Me vino a la mente que el viernes 19 de octubre era el cumpleaños de Edgar Allan Poe, pero era una baile de datos, nació el día 19  pero de enero y falleció en octubre pero el día 7, a veces esos recuerdos se confunden, pues nada, no era el día que él nació, de algo me sonaría esa fecha. Fuimos a un sitio que descubrí con mi olfato, tan bueno para unas cosas y tan malo para otras, y la cena estuvo de categoría. Con los cabroncetes de mis amigos son con los únicos que bebo, y cómo beben, nos zampamos tres botellas de vino. Ansioso por satisfacer el único vicio que me queda, casi, fui a la barra y pedía la cuenta... ¡¡¡265 pavos¡¡¡ Se habían confundido y nos habían cobrado 100 croquetas a 1,80 cada una. Nos hicieron la corrección necesaria y se quedo en 100 pavos, que tampoco está mal, creo que voy a acudir al café a partir de ahora, jajajaja. Y 100 croquetas dónde irán, fue el cachondeo de la noche, entrábamos en los pub preguntando si tenían croquetas y cantábamos la canción con la letra cambiada. Nos reímos mucho. Llegué a casa un tanto perjudicado, no estoy acostumbrado, pero la cama estaba quieta y dormí, tras pensar un poco, como siempre también. 


El sábado por la mañana almorcé con Mr. Sponge en un sitio muy interesante, inmensos bocadillos y eso que pedimos medio... el entero da para alimentar a una familia dos días. De ahí al ensayo de Paterna con Los Portugueses, digo Los Portuarios, y muy bien, David disfrutando y cantando con ganas. A la tarde me pasé por el Borneo, (me dijeron que iba muy guapo... ¡otros hombres¡ Piña, esas cosas dan ánimos, ahora falta que me lo digan las chicas... ) lleno de músicos para escuchar Jazz muy bien hecho y con mucho gusto, pero al día siguiente me esperaba una jornada complicada y me fui a casa, lentamente, muy lentamente y pensando, como tantas otras veces. Ya no era la tristeza en persona, era un sentimiento que se asemejaba a ella, como un charco que ha dejado la lluvia de la noche al llorar por el día, que diría mi admirado Paul, pero ya no era ella, era lo que dejó. Llegué a casa con ganas de tocar, cogí la Grestch, la enchufé en el Gibson con las válvulas cambiadas y una melodía llego a mis dedos, era preciosa, realmente bonita, era el rastro que había dejado mi tristeza convertido en notas, con cambios de modo y de tonalidad, algo evocador y realmente bello, me emocioné por mi hallazgo, ¿era eso realmente mío? Me acerqué al comedor y la toqué para mi madre, se quedó encantada, sí que es bonita, me dijo. Otra vez la música como salvadora de almas atormentadas, eso sí que es un clavo y un buen pez en el mar. 


No puedo escribir todo porque me sale una novela pero el domingo fue increíble. Excelente almuerzo en la plaza de Campanar, con David charlando, las charlas no se acaban. Cargando equipo, primero en casa, luego en el ensayo de Massanassa, Tetris perfecto, allí mismo le digo los acordes a David y tocamos mi melodía con dos guitarras, me suelta: "esa melodía eres tú" jopetines, fue algo emocionante que me dijera eso. Hoy la revisaré de nuevo, está por completar pero promete mucho.., si la pusieran de banda sonora de una buena película me haría de oro... y entonces me reiría de verdad, de supuestas personas sin sentimientos, frías, calculadoras, y materialistas pero no sucederá, la vida no es así, lamentablemente.  Llegamos al Folsom, prueba larga, David luchando contra el equipo y las 10.000 manos que lo han toqueteado, conseguimos solucionar problemas con cables y conexiones gracias a su inestimable ayuda. Luego paella, picoteo, tarta, es el cumple de un asistente incondicional a los conciertos de R'n'R. Charlo con él sobre los viejos tiempos, cumple 58, tiempos de lecherías, rockers muertos por las drogas, peleas con mods, diferentes bandas de muchachos de principios de los ochenta, garitos donde ponían lo que nos gustaba en música, he tenido un presentimiento al empezar a hablar con él, por todos los demonios del infierno, una vez más, el presentimiento se cumple. Es un buen tipo y su mujer encantadora.
Presionando para empezar lo antes posible por fin subimos al escenario, el tiempo me muerde los talones, nada más terminar David y yo tenemos que salir cagando vinagre, como decía mi abuela, para Xalò o Jalón, No me reservé, lo di todo, bailé, salté para hacer las síncopas, bote, canté sin micro desde un corazón que ya no está conmigo, sigue en Favara, las canciones de Los Portuarios como: "Nunca olvidaré tu falso amor, ése fue mi gran error" o "Ella se marchó, se fue de mi lado, dejándome helado el corazón", sus temas propios son buenos, tienen encanto.
Con la última nota sonando aún en el aire, subimos los cosmonautas al módulo lunar y salimos disparados, Cuchillo Volador, eso se ha visto pocas veces, hasta cogimos la autopista, sin parada en Favara, adelantando vehículos hasta de alta gama, Esponja se sorprende, Álvaro nos llama, la noche cae, como una pluma perdida por un cuervo en su vuelo. Leve confusión, perdemos unos minutos precisos, Álvaro nos vuelve a llamar, me suena el camino, pero hemos ido por Benissa, yo sé que hay un camino más corto. Llegamos a Jalón, montamos en nada, recuerdo la última vez que estuve allí, lo sé porque me encontré a Danny Boy y le pregunté si tenía algún micro para venderme, fue en el 2016, los sitios permanecen pero las circunstancias cambian a veces de forma radical. Vamos más justos que todas las cosas, montamos y tocamos, lo dimos todo los tres, yo estaba desatado, saqué la máquina de hacer el cabra y la puse a tope, no escatimé nada, más aún que con Portuarios si ello es posible, toqué con la botella de cerveza del cura, brinqué, canté como si me fuera la vida en ello, saqué una silla y me senté en medio de todo para hacer un solo, enrollé el cable como diez veces, hice trucos que conozco desde joven y que en el fondo detesto pero sé que es lo que quiere la gente, más show y menos tocar bien, pirotecnia que decía yo. Tanto moverme, tanto cantar mirando a un cielo que cubría el techo de casa Aleluya que mi camisa negra se empapó, me la quité y toque a pecho descubierto. En la parada David me dejó una suya, hawaiana, y seguimos el show, David brutal, sudando la gota gorda también, dándolo todo como si no hubiera un mañana dando clases de filosofía en un colegio. Una holandesa venía al micro y cantaba los instrumentales, así que dije en inglés que era una buena idea, la próxima vez haría yo eso y me dejaría el equipo de guitarrista en casa. También la tradicional actuación del porrón y el chorro en la frente del fundador del local. Bueno, mil cosas, todo bien, al acabar el bolo, todo el mundo felicitándonos, peticiones de tarjetas y números de teléfono, la propietaria muy contenta, no me esperaba esto, nos dijo, nadie hace tanto espectáculo. Fuimos tan apurados de tiempo que no hicimos ni una triste foto, a ver si consigo alguna de alguna forma, y así esta laguna se salvará. Fantásticos The Roller Coasters, francamente memorable.  Le dije al cura que sabía que le iba a gustar mucho la cena, yo había estado varias veces allí en mi tercera vida. Vuelta a casa, elijo esta vez el camino más corto, maldita sea mi memoria, recuerdo cenas, paradas en moto para hacer fotos y yo qué sé, no sigo. Paro donde siempre, una noche preciosa, hago una foto de Favara nocturna, pienso un poco, vaya domingo, los recuerdos brillan como un ascua en la chimenea, hay que mantener una distancia, no tocarlos porque queman. 

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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