Los Relevos "Vas a volverte a enamorar" tve2

Bueno, noviembre 2018 ha sido un mes increíble, como casi todos en mi vida por otra parte, con la sensación habitual de formar parte de una gran novela. Para despedir el mes ayer hicimos... bueno, lo cuento: ensayo en el Vedat con Jukebox, todo muy bien, pese a ese temblor, que no sé a qué es debido, si al Parkinson que se aproxima o algún otro problema neuronal. Nada más acabar llamamos a Esponja y ResMex y nos volvimos al cap i casal. Después de varios intentos acabamos cenando en A menos cuarto, no sé ya a qué hora, Luis Asecas, Esponja, ResMex y servidor. Bebimos como cosacos y comimos las tapas y bocadillos habituales capaces de obturar con colesterol las arterias de un toro de lidia. De allí al Loco, para disfrutar de los fabulosos The Blisters, esta vez con el gran Serch sustituido por Pepe, el que fuera componente de Los Relevos y tantos otros grupos. Disfrutamos con la habilidad de una sección rítmica fabulosa, Paco Beat como baterista y Pepe como bajista, amén del resto de la banda, sonaron de lujo. Por allí estaban también varios amigos, Alex, el locutor de radio, Silvia, Mario, Alfonso, fue un placer verlos por allí. Nos hicimos una foto de recuerdo, nos la hizo David, fan de Los ReLevos, tantos años después, tres jóvenes promesas de la música pop. Charlé un momento con Pepe, me dijo, tienes que ponerme al día de tu vida, ¿qué te ha pasado? Estás muy guapo y muy delgado... no tanto, hombre, le dije yo, ya hablaremos. Luis preguntó: ¿cuándo os volvéis a juntar, cabrones? Después de despedirnos y de los abrazos pertinentes, (con nuestro estilo de andar de vez en cuando para atrás y cantando canciones de Nat King Cole) encaminamos nuestros cansados pasos hacia LEDO, para bailar un poco y saludar a Reme, Juanjo, Mary Lou, Montse y resto de público habitual de la sala, fue una tarde noche muy agradable. Hice de repartidor de amigotes, no bebí nada desde el final de la cena hasta ese momento, estoy un poco loco pero sigo siendo responsable, más abrazos y para casa. Mi madre estaba despierta: "Nene, son las cuatro... ¿tú crees que estas son horas de venir?". Mamá, me faltan dos semanas para 55 años... a mí eso me da igual, sigues siendo mi nene...