Al final un paseo bajo en mano hasta mi amigo Naza, gran luthier y gran persona, y solucionado, respiro tranquilo, era una chorrada pero el alma puede significar que el instrumento, y más uno de ese precio, no vale para nada o, como ha resultado ser, era un percance sin la más mínima importancia, gracias amiguete. Me quedo con la duda de saber si era esto lo que me provocaba desasosiego o no, quizás esté un poco mal de la cabeza, al fin y al cabo, este blog se llama El Tío Santi Está Loco.
Volviendo a casa veo este cartel, hombre, otro perrucho malucho, le hago una foto, justo debajo de las torres de Quart recibo una llamada.
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