Me llamaron para tocar pero Esponja tenía bolo, así que ni corto ni perezoso, me ofrecí yo, en solitario, así, sin anestesia ni nada. Me dijeron que sí y para allá fui, estuve preparando un par de horas de música con lo que he tocado casi siempre, R'n'R, Folk, Blues, Country, Sixties, Oldies e instrumentales, más alguna que otra sorpresilla. Repasé las tonalidades, puse a punto el equipo acústico y me fui para el sur con Sali. El hotel Triskel tan acogedor como siempre, con un nuevo camarero, cuyo mote es "Pollo", que prepara unos cócteles extraordinarios, todo amabilidad. Aparqué´como a 640 metros, no había un miserable sitio para el módulo lunar más cerca. La actuación, del tirón, salió bastante bien, aunque estuve un poco serio, toqué y canté lo suficientemente bien como para que todo el mundo me felicitara y quedé muy satisfecho. Shya colgó un vídeo, estuvo encantadora y cariñosa y me dijo que le gustó mucho, haremos más. Fue como saldar una deuda conmigo mismo, tres años atrás me presenté allí, antes de Rocky Raccoons, para tocar en solitario, un poco inseguro en aquel momento, sintiendo que aún no era el momento pero que ese día llegaría. Tres años después estaba allí con mi guitarra y al público le gustaba.
Hay una posible actuación este viernes santo para The Mapaches, así que nos fuimos al Ranchito del tío Paco a repasar el repertorio. Sólo hice esta foto de un mapache cansado durmiendo la siesta, fue un almuerzo de esos que marcan época, tras el cual no hizo falta comida. Encantados de estar juntos, hablar y tocar, con el espíritu mapache en ebullición. Será un placer volver a subir a un escenario con estos amigos, mejores amigos, grandes amigos, sentir esa magia. Mapache Tequila, Mapache Bandido, Mapache Beat y servidor, Mapache Cuchillo. A Brian le dimos el título de Mapache Brian, se lo pasó muy bien también. Para acabar un fin de semana intenso fuimos a cenar Sali y yo al indopaquistaní, sentado allí recordé cosas sobre los quince años en los que he ido a ese local, no sé ni las veces, más de 200 seguro. La vida va pasando, etapas nuevas, dolores viejos, grandes esperanzas, pequeños éxitos y enormes fracasos, camina o revienta pero ahí sigo.
En 1988 mi hermana Conchi fue a EEUU y entre otras muchas cosas me trajo un corbatín de bolo muy bonito, una estrella de cinco puntas plateada con piedrecitas, me lo puse tantas veces, para tocar, para ir de fiesta, hasta en la boda de mi hermana pequeña lo llevé. Pues este sábado en Jávea lo perdí, no me di cuenta hasta el día siguiente, no aparecía por ninguna parte. Se le habían caído las piedras negras, el lazo ya estaba un poco viejuno pero sentí esa pérdida. ¿Quién lo habrá encontrado?
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