Morfeo lleva tiempo enfadado conmigo, así que sin apenas discutir con él recogí a Esponja y camino del sur. Gran almuerzo en Favara, llegamos al Cresol, otra mañana de domingo, guitarra en mano. Gitti no pudo venir por su caída, le deseamos una pronta recuperación y le prometemos una dedicatoria especial para su regreso. Vino a vernos Juan el francés, charlamos los cuatro, sobre teoría musical, práctica, dificultad en ejecutar y otras cosas de las que pueden hablar los músicos, ya sabes, 7/8* y cosas así, tiempos difíciles. Me preguntó por la guitarra que llevé ese día, mi Gibson Chet Atkins, el tiempo que la tenia y esas cosas. Le expliqué en qué circunstancias la compré, a un buen amigo, en un momento especial. Alguien me recomendó visitar a un psicólogo o algo así y me salió la rabia de dentro, pensé, este es el psicólogo que necesito y me la compré, tras tantos años pensando en ella. Tuve una sensación extraña al principio del bolo, como si alguien me mirase sin estar allí. Estaba en un escenario actuando, evidentemente nos estaban mirando y escuchando pero no era eso, creí percibir algo, como otras veces, en fin, no tengo ni idea de porque siento esas chorradas. Al acabar el bolo recibimos una auténtica ovación de honor, nunca había visto así a "nuestro público", fue casi emocionante. Esponja retornó a Denia con Álvaro y volví para Valencia, otro domingo al atardecer recorriendo ese camino. A veces, en un momento concreto de mi vida, me viene a la cabeza como recordaré ese tiempo más adelante, ayer me pasó eso.
* ¿Por qué 7/8? Las casualidades me persiguen, maldita sea.

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