sábado, 13 de julio de 2019

Jauja



Hacía muchas lunas que no comía tanto, la ocasión lo merecía, pensé, adelante, luego no ceno, quizás el sábado ni como.  La verdad es que todo estaba bueno a rabiar, aunque los arroces pecaban de salados. ¡Por favor, que alguien les esconda el salero a esos cocineros¡ Fue una comida muy agradable, di mi modesta opinión sobre cada plato, estaba a punto de convertirme en un nuevo sangonereta y en eso que sacaron los postres, terribles, como un ejército dispuesto para la batalla, y luego la tarta. Impresionantes todas pero la de tres chocolates...  Mi páncreas lloró, se retorció, silbó un viejo blues pero no podía dejar eso en el plato. Parecía uno de aquellos banquetes redistributivos que ofrecían los grandes hombres de Polinesia.  Allí junto a la Albufera de Valencia, mientras un sol que lanzaba puñales quería acabar conmigo, busqué la sombra, me fume un purito. Pero los dioses son seres caprichosos que juegan en su ratos tontos con la vida de las personas. Así que unas horas después, sin apetito ninguno, estaba en Jauja, no era ese lugar imaginario, era un restaurante, bebía un agua con gas  y miraba cenar a una atractiva mujer.  Quedar con alguien para cenar y no probar nada, pese a un colosal calamar, una ensaladilla rusa digna de los zares. ¿Viejas glorias o jóvenes promesas?  Acabamos en un museo, ambos dos estábamos expuestos por las paredes.  ¿Peces, clavos? Llegué a casa casi a las cuatro, como otras veces, cuando iba a quitarme las botas, pensé en el vehículo lunar, me tocó bajar a comprobar las ventanillas, un muchacho me pidió un cigarrillo. 


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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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