He recibido como 40 emails, en el último año, de Linkedin, con el mismo asunto, ¿conoces a Laura R? La verdad, no la conozco, no entro nunca ahí, he olvidado la contraseña y no me tomo la molestia de renovarla. Como tantos otros inventos de estos tiempos convulsos y cambiantes, parece que no termina de funcionar Linkedin, al menos para mí, que soy tan poca cosa, mucho menos que nada, la verdad es que no lo sé. Al final casi me pica la curiosidad, ¿quién demonios es esa persona por la que tanto insisten?
A veces echo sal en mi herida, me siento el protagonista de Hurt, es una sensación que sentía de niño, como si el dolor fuera finito y pudiera agotarse produciendo más y más rápido pero no, el dolor debe ser infinito, nunca se agota. Siempre acabo levantándome, me sacudo el polvo y sigo, soy duro pero no tanto como para no tener alguna vez alguna recaída, a tanto no llego. Me parece a veces que entender las cosas tampoco te lleva a ningún sitio pero no es eso, entiendes las cosas con tu cerebro, el corazón es otra cosa. Hace unos pocos días se lo dije a mi hermana, no sé qué me pasa, siento que pasa algo, estaba desquiciado, no creo en esas cosas pero a base de que sucedan, no tengo más remedio que aceptar que me pasan. Para mí estar desquiciado es no tener ganas ni de tocar la guitarra, fumar más de lo habitual, un desasosiego, una angustia interior que te hace no parar en ningún sitio, andar sin rumbo, sin mirar a la gente, absorto en pensamientos disparatados. Le comenté que siempre acabo viendo algo y pienso, ostras, sí, era esto.
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