Algo que escribí durante el confinaiento:
Muchos días sin pisar apenas la calle, cuando me empieza a doler la mano de tanto tocar la guitarra salgo al balcón. Observo a los pájaros, me hizo mucha gracia ver a una tórtola y un mirlo jugar juntos como dos adolescentes. Parecía que se desafiaban, hacían carreras, se buscaban, estuvieron así como 15 minutos y ya los perdí de vista. Además de palomas, gorriones, gaviotas, cotorras de roca, mirlos, he visto abubillas, un pájaro realmente bonito pero que cuando se ve amenazado emite una secreción que no hay criatura que aguante a su lado, vamos, una mofeta con plumas. Había visto a estos magníficos animales en el campo o en el cauce del río seco pero nunca volando entre las fincas. Me resultan entrañables porque me recuerdan a mi padre. Cuando él era un niño encontró una en el hueco de un árbol y se quedó maravillado de su belleza... pero la tuvo que soltar, la pestuza era terrible. Si se pudieran amaestrar, serían un arma biológica impresionante. Otro día me pareció ver un petirrojo.
Desde mi balcón apenas se ve la calle, unos árboles frondosos, cuyo nombre desconozco, les llamo "árbol de los falsos garbanzos", llegan hasta el cuarto e incluso quinto piso. Cuelgan de ellos racimos de lo que deben ser semillas, que los pájaros no comen y a simple vista recuerdan a los garbanzos. Durante días, estos no garbanzos van cayendo sobre mi coche, junto con los pequeños pétalos de las flores de dicho árbol, rosas y blancos. Esas bolitas semejantes a legumbres cubren la acera y se meten en la suela de las zapatillas de los transeúntes. Ves a la gente parar e intentar sacarlas porque resulta molesto.
Cuando bajo a comprar suelo ver a una gatita callejera con el pelo bastante largo. Qué guapa es. Lleva mucho tiempo por mí zona, te mira con indiferencia, como si te dijera, aporta o aparta. Al principio del confinamiento, cerca de Consum, vi una lavandera o pajarita de las nieves muerta, me dio mucha pena. Veo simbolismos por todas partes...
Últimamente hasta he visto murciélagos, que ya no se veían por la ciudad, al menos yo, no he podido evitar pensar, c*b*n*s, con vosotros empezó todo esto.
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