Un fin de semana muy bueno, aunque ya nada es como antes. Echo de menos los tiempos anteriores al coronavirus, con tanto Rock'n'Roll, chicas y todo lo demás pero es lo que hay, disfrutar lo que se pueda y seguir adelante. Tampoco me quejo, el viernes de cena y toda la mañana del sábado disfrutando de la moto. El domingo en el planeta Bugarra, pequeño y caluroso, porque está más cerca del sol, pero con indígenas hospitalarios, tocando en un garaje mientras los mosquitos se cebaban conmigo, al menos no eran tigres. Volviendo a casa pensé, como siempre, aunque he de decir que he conseguido no pensar en alguna que otra ocasión, riéndome solo, soy un caso clínico.
Esta semana será la famosa noche en blanco y negro, prudentes pero sin miedo, a darlo todo una vez más. Y diría muchas cosas más, hay tanto que contar, pero debo irme, hola y adiós, he venido para decir que tengo que marcharme...
No hay comentarios:
Publicar un comentario