domingo, 30 de diciembre de 2007

Filosofía burricona



Siempre he estado muy orgulloso de mis padres, aunque puede que la preparación que recibí no fuera la adecuada para este planeta de caníbales, el fallo no estaba en ellos sino en este mundo. Puede que sea filosofía barata de andar por casa, quizás no dé más de mí, pero resulta paradójico que las cosas buenas traigan cosas malas y viceversa. Podría poner muchos ejemplos, tenerlo todo puede ser genial pero hace que no valores las cosas; no tener nada es horrible pero hace que cualquier pequeño logro o bien material te llene de satisfacción. Dicen que cada uno es el mejor médico de uno mismo y yo diría algo parecido sobre la filosofía, cada uno debe extraer la suya propia. Me gustaba aquello de los estoicos de ser indiferentes al placer o al dolor, aunque es más fácil de decir que de hacer o aquello de que nunca debemos esperar cosas demasiado buenas para no decepcionarnos. Esto último se me fue al garete cuando esperando cosas malas sucedieron peores todavía. Tampoco es posible soportar levantarte cada día pensando en que te va a atropellar un camión de 40 toneladas. La vida es como un contrato de seis meses, cuando ya sabes de qué va todo, te tienes que marchar. Lo dejo porqué parezco "El Asno de Oro", o sea, un burro filosofando.

sábado, 29 de diciembre de 2007

El cine


De las cosas que más siento no poder cambiar en mi vida es no haber ido mucho más al cine pero fui todo lo que pude. En el barrio había varios, todos de reestreno, Savoy, Aliatar y Price eran los más cercanos, acabaron convertidos en bingos, supermercados o simplemente fincas de lujo. Me fascinaban las películas de romanos como Ben-Hur, los westerns como Río Bravo, las de guerra, las de gangsters, bueno, la verdad es que casi todas. Lo que hacíamos todas las semanas era pasar y ver las fotos de las pelis de la semana, luego pasábamos por la salida de emergencia, una enorme puerta de madera, pegábamos la oreja allí y adivinábamos la película que hacían en ese justo momento según el diálogo. A veces me quedaba un buen rato allí escuchando. Cuando íbamos, con nuestros bocadillos y la botella de gaseosa, el cine a reventar de nanos y viendo, por ejemplo, Los Vikingos era la tarde especial y completa del mes. Empezaba a las tres y media o las cuatro y salíamos de allí sobre las nueve de la noche, hacían siempre tres filmes, las butacas eran de madera, duras pero daba igual.

Momentos mágicos, emociones perdidas.




El mundo va cambiando, pero siempre sigue igual. Aunque hay cosas que dejan de existir y nos duele haberlas perdido, sensaciones, momentos mágicos que, quizás, sólo valoramos cuando dejamos de tenerlos. Recuerdo una sensación perdida que veo difícil que se vuelva a producir, en aquel momento era algo real y ahora me parece la escena de una película.

Por aquel entonces había una única televisión, había dos canales pero la mayoría veía la primera. Tampoco existía por aquí el mando a distancia, ni aparatos de aire acondicionado, ni tráfico a cualquier hora, todo eso vino después. En verano todas las ventanas estaban abiertas, si volvías tarde a casa, andando por la calle, la suma de todos los volúmenes de los televisores, todas las casas con las ventanas abiertas, viendo lo mismo, hacían retumbar las voces. En muchas calles, no muy anchas, te producían una emoción especial, cuando escuchabas la voz del doblador de Humphrey Bogart, creo que era José Guardiola, decir: "De todos los cafés del mundo, ha tenido que venir al mío". Otra noche volvías a casa escuchando el tema de Anton Karas para "The third man". Cuando llegaba mi padre me echaba la bronca: "¿De dónde demonios vienes a estas horas?".

viernes, 28 de diciembre de 2007

Un músico solo tocando sólo para él mismo.







Esta foto me encanta. Hace muchos años leí que le preguntaron a Dalí porqué pintaba a su mujer con chuletas. Él contesto que le gustaban las chuletas y le gustaba su mujer y por eso las pintaba en un mismo cuadro. A mí me encantan las Gretsch y "esta xicona no està gens malament". Pero no es eso lo que me apetecía comentar. Quería comentar algo que me suele gustar hacer y que sólo he podido experimentar en soledad o verlo en las películas. Esto es lógico porque se trata de los momentos en que un músico toca para él solo, sin esperar que nadie lo escuche. Es una soledad brillante y serena, una terapia y también me recuerda esto del blog, porque ¿quien sabe si alguien te está escuchando?

jueves, 27 de diciembre de 2007

Masajes


Escuchando a The Byrds hacer All I Really Want to Do. Ayer tarde fui a mi masajista, esa mujer no se cansa nunca de reñirme. Ella dice que mi cabeza no para, que estoy divorciado de mi cuerpo, que tengo bloqueados mis sentimientos y que uso el humor para ocultarlo todo. Menos mal que le hago reír, no conviene llevarse mal con alguien que con sólo apretar un poco en tu espalda, te puede hacer ver las estrellas. A veces aprieta por aquí o por allá y me dice: "esto es un reflejo de un bloqueo de sentimientos" o algo por el estilo. Así que, cuando aprieta en algún punto y duele de verdad le digo: "no me lo digas, ahí debe reflejarse mi cuenta corriente, ¡duele que flipas¡".

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Un Momento Cualquiera


Joan Baez con su voz de terciopelo canta el increíble tema de Dylan Farewell Angelina. Por mi ventana veo las nubes agrupándose, pensaba acercarme a un ultramarinos indo-paquistaní que está cerca del puerto pero no me apetece ir en la moto bajo la lluvia. Apago uno de esos cigarrillos que no debería ya fumar, hoy como solo, si llueve tocaré un poco la guitarra viendo caer el agua sobre el cutrepolideportivo que hay debajo de casa. En 1979 la NASA mandó una sonda al espacio, enviaron algunas muestras de la civilización terrestre, entre otras cosas, un tema de Chuck Berry, por cierto que salió una viñeta humorística en un diario en que los extraterrestres reclamaban más canciones de Berry. Viene a cuento porque así es como me siento yo ahora mismo, mandando una especie de sonda al espacio exterior con estas palabras sin mucho sentido. También me viene a la mente el Manuscrito hallado en una botella, espero que el final no sea tan inquietante...

Bueno, si no puedes vencerlos, únete a ellos, eso dicen. Vamos a probar...

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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