Anoche, justo después de cenar, cambiando con el mando vi los últimos momentos de Moby Dick. La he visto sólo 16 veces pero no puedo evitarlo. Mi hija al ver nada más que a un cachalote blanco y grande como una montaña acabando con la vida de un numeroso grupo de valientes balleneros, me dijo: "cuando acabe me avisas". Supongo que con el tiempo mejorará en ese aspecto, eso quiero suponer.
¿Qué puedo decir?, es genial, otro día haré un post sobre John Houston, la peli entera es tremenda. Los únicos fallos que le encuentro es el actor que encarna a Ismael, que no me acaba, y los efectos especiales de 1955, hay que entenderlo. El final es brutal, cuando el capitán Acab, ya muerto pero enredado entre las cuerdas de los arpones, parece llamar con el brazo, que se mueve por el movimiento de Moby Dick, a sus hombres para que sigan la lucha. Los que estaban en estado de pánico dispuestos a huir, gritan que ellos son balleneros y cazan ballenas, no huyen de ellas y prosiguen la lucha hasta morir todos. Entonces emerge el ataúd de Queequeg que se convierte en el salvavidas de Ismael, hasta que "el Rachel, vagando siempre, en su pertinaz búsqueda de los hijos perdidos, sólo encontró a otro huérfano". Acaba con una cita del libro de Job: "y sólo yo escapé par contarlo".
1 comentario:
Por allí resopla, por allí resopla.
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