Esto es una amenaza en toda regla: el otro día me acordé de una canción que compuse junto al Señor Marí. Hicimos la música entre los dos y yo me encargué de la letra. Respondía al nombre de "El rey de la basura" y trataba de un hecho real, un caso verídico como decía aquel humorista, que sucedió en México. Lo leí en El País, un asqueroso tipejo, mafioso y repugnante que explotaba salvajemente a los pobres que rebuscaban en los basureros del D.F. Murió a puro balazo pero no a manos de alguno de esos "pepenedores", que es como llamaban a los que hurgaban en la inmundicia, sino por los disparos de unos sicarios contratados por su esposa, harta de las palizas que le daba. El estribillo citaba una famosa ranchera llamada "Rosita Alvírez" que tiene un párrafo demoledor:
"La noche que la mataron,
Rosita estaba de suerte:
de tres tiros que le dieron,
nomás uno era de muerte.
Hará como unos quince años, volviendo con mi abuela Concha del chalé de un tío, le puse Rosita Alvírez y le gustó mucho. Me contó una historia que sucedió en Hellín en una línea parecida, cuando ella era joven. Bueno, antes de que se me escape alguna lágrima, tengo que decir que he dedicado esta versión a un amiguete mejicano llamado Microbial, por sus comentarios de ánimo. Cuando grabo estas canciones echo de menos a Paco Orozco...
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