
Como padre de una niña de quince años, no me hace la menor gracia que porque salga a protestar, debido a que se pelan de frío en las clases, venga un policía antidisturbios y le suelte dos guantazos y un porrazo. Las imágenes que se han podido ver en casi todas las televisiones hablan por si mismas. Son cosas que parecían olvidadas por estas latitudes, batallitas de abuelos para contar tomando un gintónic pero no, resulta que es pura actualidad. Que manden estos o manden aquellos, a mí me importa el rabo de un pimiento en este caso, esto es algo intolerable. No me quiero imaginar si le hacen algo así a mi hija en presencia de su madre, vamos el incríeble Hulk sería una hermanita de la caridad comparada con Rosarete. Si soy yo, vamos, ni lo cuento porque me pierdo... No es algo que nos pille de lejos, el chico protagonista de la foto es un amiguete al que mando un fuerte abrazo desde aquí, ni es un peligroso radical, ni un terrorista ni nada parecido, un trabajador como cualquier otro y punto. ¡Ánimo Jordi¡
1 comentario:
También tengo una hija de quince años y no quiero ni imaginar el caso que cuentas.
INTOLERABLE!!!!!!!
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