miércoles, 14 de febrero de 2018

Recuerdos olvidados


Vuelvo a leer libros sobre imperios olvidados, ciudades perdidas que duermen bajo urbanizaciones de lujo, reinas del comercio y el poder marítimo convertidas por el paso inexorable de la historia en parques de ocio. He asistido a la inauguración de Hagia Sofía y he escuchado al emperador Justiniano afirmar que había superado al rey Salomón. He visto su ingratitud eterna hacia Belisario o el extraño cambio de Basilio II, de golfo a guerrero incansable. Una vez más me he emocionado acompañando a Aníbal en sus victorias y sus derrotas, contemplando entre las brumas su genio y su triste final. Mi mente viaja por el tiempo y no piensa en otras cosas. Me hice una analítica, acudí al consultorio con cierto temor, acostumbrado a las malas noticias aquello me alegró, perfecto, todo muy bien, hasta el dichoso colesterol. Sigo paseando por la ciudad, caminatas interminables, recuerdos al asalto, sin lugar donde meterse. Una vuelta por Russafa, recuerdos en cada esquina, librerías de viejo que siguen abiertas, sé los libros que compré allí, recuerdo casi hasta las fechas, yendo con mi padre a las reuniones religiosas (aquello es un solar ahora mismo) en la calle Denia, giro la esquina y la calle del Clero, donde ensayamos unos días con Victor y su casa, al volver la siguiente esquina, también ensayamos allí Los Cuervos. Todo lo ocupan ahora los restaurantes, las tabernas, los pubs, donde antes habían carnicerías de carne de caballo, papelerías, talleres de motos o lecherías. Me veo a mí mismo buscando sitio para aparcar a finales de los ochenta, para ir a Discocentro, por esas calles. Actuando en una esquina donde la orquesta nos dejó hacer un par de temas en 1982, cenando en un banco de la plaza San Valero bocadillos traídos de casa.  Casi es el mismo caso, aquella Russafa de tantos años atrás pervive a pesar de tantos cambios en el recuerdo de las personas que pululamos por allí. Casi en una labor de arqueología musical, ensayando con RexMex y Charly el repertorio para la actuación de Los Cuervos del 5 de mayo, piden tocar canciones mías que casi ni recuerdo. Busco viejas libretas con letras y allí están, una idea que casi parece para una película de Orson Welles, descubrirte a ti mismo en aquellas pequeñas obras de juventud que dormían el sueño de los justos. Uno de esos temas es Juan Tinajero, las desastrosas gamberradas de un adolescente al que le cuesta crecer. Me hace mucha gracia, ahora debería escribirla desde la perspectiva de un padre...o casi de un abuelo. La vida sigue implacable su marcha.

No hay comentarios:

Buscar este blog

Me presento:

Mi foto
Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
Powered By Blogger

Archivo del blog

Etiquetas