martes, 2 de octubre de 2018

De vuelta en Nou Moles

Persiste esa sensación mientras visito mi antiguo barrio para dar una clase de guitarra, un paseo en moto por las calles que me vieron crecer. Al terminar quedo a tomar un agua con gas, llevo un chaleco vaquero que antes no me ponía por estarme pequeño y ahora resulta demasiado grande, excepto los bolsillos, que no me cabe ni el móvil. Saliendo del garaje, son ya las nueve y media, vuelvo a notar algo. Si Casandra tenía el don de la profecía pero la maldición de que nadie la creyese, yo tengo esta inútil habilidad, digamos por denominarla de alguna forma. En fin, pienso en otras cosas, sentir algo que no sé lo que es no me lleva a ningún sitio. Me siento con mi madre a ver la tv, una comedia de un país vecino, nos vamos a reír, le digo. Voy prediciendo lo que va pasando, mi madre se sorprende... ¿ya la has visto? No, pero ya he visto otras de esta actriz, está especializada en estos papeles. Ese es un pillo, a ese no le engaña, comenta mi pobre madre. No, mamá, las personas somos muy listas para unas cosas y extremadamente tontas para otras, sobre todo cuando tenemos necesidad de creer y porque, en el fondo, todos nos sentimos especiales y creemos tener derecho a algo especial. Ahí está el secreto del engaño, en captar a alguien que quiera algo a toda costa. Nos reímos, aunque las comedias de engaño siempre tienen un fondo triste, ridiculizan el dolor ajeno, si le pasa a otro nos resulta gracioso, si te pasa a ti no tanto. Un tipo anda muy triste por una calle solitaria, pisa una piel de plátano y se cae de culo, la gente ríe en sus butacas, si a ellos le doliera donde la espalda pierde su nombre, no sería igual. Es la naturaleza humana. 

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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