Llevo unos días tristes, que me aspen si sé porqué, la tristeza vino con sus maletas para instalarse, como un familiar lejano que viene a vivir a la ciudad y necesita cualquier tipo de ayuda para comenzar su aventura. Así que le hice sentarse en una silla y le hablé: Vamos a ver, ¿qué quieres de mí? Pero hablaba en un lenguaje extraño, críptico, así que le dije, puedes quedarte unos días pero tendrás que salir pitando después. Mientras tanto puedes seguir hablando en sumerio, a mi me da igual, te aguantaré hasta que deje de aguantarte. Tengo formas de luchar contra ella...
Así que con esa sensación de los últimos días, cogí la guitarra y toqué una canción que siempre me gustó, de Los Auténticos, escrita por P. J. Villanueva, se trata de una de las poquísimas canciones que casi he tocado más con un teclado que con la guitarra, hace años la saqué con las teclas y solía tocarla cuando las tenía bajo mis torpes manos de teclista ocasional. Mientras lo hacía me vino a la mente que me hubiera convenido pensar en la letra en alguna ocasión pero nadie puede cambiar el pasado.
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