2020 se apagaba como una vela y no resultaba fácil mirarle a los ojos para despedirse de él. Como diría Homero, triste por las personas que se habían ido y contento por haberlo superado, miré hacia atrás y no parecía un año, parecía un lustro y no bueno precisamente. También crecen flores en el fango y cosas buenas también pasaron, no todo puede ser malo. Quiero pedir perdón si a alguien ofendí o no cumplí sus expectativas, seguro que no fue de mala fé, agradecer a los que han estado conmigo su infinita paciencia y mandar un cariñoso abrazo de ánimo a los que han sufrido en sus familias esa maldita enfermedad. En mi caso particular, he pasado mucho miedo por personas que quiero y eran/son de riesgo, ojalá las vacunas nos libren del bichejo.
Durante los últimos años, hui de mismo refugiándome en los conciertos, las salidas, vueltas interminables en mi motocicleta, las desconocidas y los amigos. "El cobarde escondido en el campo de batalla" como alguien dijo. De repente, confinado en casa, no había escapatoria, sólo escribir canciones y reconciliarme, a medias, conmigo y con mi pasado. Desplumado y con las alas rotas, pero aún de una pieza, salvado una vez más por la música, veo llegar al 2021 y le abro esperanzado la puerta: pasa muchacho pero pórtate bien, hemos sufrido mucho.
Feliz año a todos de todo corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario