miércoles, 6 de enero de 2021

RELATOS. WESTERN CHESS

Relatos para matar el rato.

                                                        Hoy presentamos:

                              WESTERN CHESS

Cuando comenzaron los disparos yo estaba barriendo el almacén, corrí hasta la puerta y allí estaba mi padre, las lágrimas bajaban por sus mejillas y su mirada mostraba un dolor profundo. El sheriff Garland yacía en medio de la calle, cosido a disparos, junto al cuerpo de una mujer que tampoco sobrevivió al episodio. Muchos años después, en el lecho de muerte, uno de los dos asesinos confesó su crimen. Lo hicieron por dinero, contrataron, si darle explicaciones, a una pobre viuda que apenas sobrevivía lavando ropa a domicilio y le ofrecieron unos míseros billetes por desmayarse a las tres de la tarde en medio de la calle, justo cuando el sheriff solía fumar sentado en el porche de su oficina. Los dos cayeron acribillados en un festival de venganza, celos y lucha de poder.
Mi padre pasó días sin hablar, haciéndose a la idea de que nunca volvería a jugar al ajedrez con su amigo. La tienda de comestibles de mi padre era el fruto de años de privaciones y sacrificios, daba de comer a toda la familia y allí mis hermanas mayores y yo ayudamos tanto como pudimos hasta fundar nuestros respectivos nuevos hogares. Allí en la tienda, por las tardes, el sheriff y mi padre jugaban la partida y con cada movimiento citaban un libro, una frase, generalmente corta. Sólo había dos libros para este juego, la Biblia y la Ilíada. Según qué movimiento, la cita cobraba fuerza, y era más entretenido asociar esas palabras a la jugada, que el juego en si mismo, ya que eran dos aficionados más que competentes pero aficionados al fin y al cabo. Si Garland movía el rey, decía: "¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?". Con la captura de las piezas importantes, el nivel subía y aún recuerdo a mi padre que precedía un jaque mate con: "Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, y él permanecerá para siempre." Tras tomar una torre enemiga Garland dijo en cierta ocasión: "Ares es equitativo, mata a los que matan." Yo atendía la tienda mientras ellos jugaban y si alguna vecina inoportuna llegaba en un momento crítico de la partida, los demonios se me llevaban y maldecía para mis adentros, excepto la mujer del alcalde, que a esa siempre la atendía mi progenitor pero, claro, entonces se detenía el pugilato ajedrecístico y citador pero no eran habituales las compras a esas horas. Sólo una vez pude jugar con el sheriff, cuando creí poder saborear las mieles del éxito me atreví a decir: "Pues sé muy bien en mis entrañas y en mi corazón
que día vendrá en que perecerá la sagrada Ilión,
y Príamo y el pueblo de Príamo, hábil en el manejo de la lanza." Dicho esto, en un par de jugadas me dio el jaque mate con una sonrisa. Ahora que soy un anciano que vive en un mundo que ya no comprende, con coches sin caballos, aparatos que vuelan como los pájaros y demás adelantos, echo de menos esas tardes de ajedrez, con el cálido aire del verano meciendo la cortina, dos viejos amigos, un hombre de acción y un simple tendero, hermanados por el amor al ajedrez y los libros, que disfrutaban de la amistad en un mundo que agonizaba bajo el peso del progreso.

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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