martes, 30 de septiembre de 2008

Dixie: Robert E. Lee, Margaret Mitchell y Ava Gadner




Cuando era joven leí la novela de Margaret Mitchelll "Lo que el viento se llevó" y me gustó mucho. Entonces mi amigo Juan se compró un reproductor de video, no recuerdo si Beta o VHS y nos propuso estrenarlo viendo una peli. Yo sugerí ver "Lo que el viento se llevó", recuerdo que iba en dos cintas, y los pobres, sobre todo Rafa, se dormían en el sofá, mientras yo la miraba entusiasmado. Recordando aquello con una sonrisa (y también a mi héroe Robert E. Lee de Virginia y Ava Gadner de Carolina del Norte), he grabado Dixie con un par de guitarras, no está perfecta, ya lo sé pero así es como me puede salir sin esforzarme mucho. Eso sí, si fuera una grabación en un estudio hubiese quedado infinitamente mejor, desde luego. Aquí hay algún fallo y algún ruido que se cuela. Que quede claro que estoy absolutamente en contra de la esclavitud, no debería hacer falta ni decirlo pero por si acaso...
  

lunes, 29 de septiembre de 2008

L'home que tocava el clàxon quan estava trist


En quant s'alçava un poc d'aire i li entrava terra en els ulls. Al final, després d'anys, es va comprar unes ulleres estil aviador de la Gran Guerra, tancades. El seu problema era que mai aconseguia traure's li la terra, a pesar de llavar-se amb abundant aigua o portar sempre una ploma per a intentar-ho no ho aconseguia. Així que s'anava acumulant la terra en alguna part del seu cos. Ell ho sabia. Li agradava pensar que quan el soterraren, una xicoteta porció de terra aniria ja amb ell incorporada. Terra de la seua bona terra i, també, dels seus escassos viatges. És que en els seus viatges es llevava les ulleres quan bufava l'aire, era una cosa molest però valia la pena. Quan passava al costat de les velles pedres de la seua ciutat pensava que estaven allí des de feia segles i seguirien estant quan ell se n'anara. Llavors, la tristesa, com la terra, li entrava pels ulls i ja no s'anava mai i Vicent tocava el clàxon. Ell mai no el va saber però va ser just el dia que feia 30 anys, 30 mesos i 30 dies del seu naixement. La nit d'eixe dia es va produir la ruptura final amb la seua xica i Vicent es va pujar al seu cotxe. Abans d'arrancar-ho va connectar el reproductor de CD. La primera cançó va esclatar dins del vehicle. El bateria donava un colp en el plat, xafava el bombo, el baixista polsava la tònica, els guitarristes feien sonar el mateix acord però en inversions distintes i també s'escoltaba un piano, tot al mateix temps, clar, i llavors, quan perdia un poc d'intensitat, just un compàs, la veu del cantant entrava, doblada en estudi i amb accent de Liverpool. Quan va girar la clau l'aparell es va desconnectar per a tornar a connectar-se una vegada arrancat el motor però Vicent no el va deixar seguir. Després d'uns girs que va enfilar el túnel, el més llarg de la ciutat, i potser a causa de l'hora però segurament per simple casualitat, ningú passava per ell en aquell moment i va estrényer el centre del volant. Va seguir estrenyent el clàxon fins quasi el final i les llàgrimes van fluir dels seus ulls. Sense xanglots, sense mala cara, eixes llàgrimes es van emportar les xicotetes partícules de terra que tants anys havia acumulat i van

sábado, 27 de septiembre de 2008

Nick Cravat y Harpo Marx




Ayer, otra siesta-desastre más, muerto de sueño y sin poder dormir. No pasa nada, hago lo habitual, cojo una guitarra eléctrica y, sin enchufarla, toco mientras veo la tele un rato. Es algo que hago desde que empecé a tocar la guitarra y tiene que ser algo muy, muy interesante lo que echen por tv para que esté sin hacer nada viéndola. Emiten "El halcón y la flecha", no sé, igual la he visto diez veces pero qué increíble pareja de acróbatas eran Burt y Nick. Es una mezcla entre Robin Hood y El temible burlón pero una mezcla genial. De niño me fascinaban esas películas y, como casi todos los hombres no terminamos de madurar, me siguen gustando. Dicen que Nick no hablaba en los films por su acento de Brooklyn, que no pegaba en esas películas de época. También dicen que Harpo no hablaba porque no le gustaba lo que los guionistas escribían para él. Otro gran tipo que también encantaba a los nanos no sé exactamente porqué pero me lo imagino.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Ca la yaya


Mi hermana mayor, que entonces se llamaba Conchi, después de tantos años se sigue llamando igual, y yo nos peleábamos mucho pero una vez se pasó un mes en Madrid y cuando volvió le prometí no volver a pelearnos nunca, cosa que, por supuesto, no cumplimos pero es verdad que la eché mucho de menos. No éramos malos pero jugando las hacíamos gordas aunque sin malicia. Mis tíos montaron un taller de relojes artísticos de bronce y lámparas, siempre llevaban algunos modelos a su casa hasta que los vendían, le hacían los dientes largos a la pobre mujer, mi abuela, y luego se quedaba con las ganas. Mi abuela siempre contaba esto, en la salita que daba al balcón por alguna razón había un tablón grande, lo colocamos sobre el marco de la puerta del balcón y nos columpiamos, colocándonos uno en cada extremo. Como no estaba fijo iba bailando y en uno de esos vaivenes, al subir y con el impulso del balanceo, sacó la puerta de las bisagras, la apoyamos contra el marco para que no nos echaran la bronca y nos fuimos a otra habitación a jugar. Ese día habían traído una lámpara de mesa con muchas tulipas, me parece que eran azules, y jugando los dos le dimos un golpe y acabó en el suelo. Cuando la yaya Concha y mi tía Conchi (qué lío de familia con tanta Concha, también tengo una prima que se llama así) terminaron de recoger los muchos cristales rotos y bombillas, decidió ir al balcón a que le diese el aire y al intentar abrir la puerta del balcón se le cayó la puerta encima. No se me olvidan los libros que teníamos entonces, como por ejemplo, uno, muy típico por otra parte, que trataba sobre los niños del mundo. Tenía dibujos con los trajes típicos y algunas costumbres (ya sabes, el francés se llamaba Pierre y detrás tenía la torre Eiffel) todo tópicos pero me gustaba. Mis favoritos eran los indios americanos y los lapones. Por supuesto el primer libro que recuerdo en mi casa es la Biblia, bastante antes de saber leer me enseñaron el principio del libro de Job y a medida que lo recitaba iba pasando el dedo por las palabras mientras miraba con atención y daba la impresión que leía. La gente se sorprendía pero era trampa. No sé que edad tenia, igual cuatro años. En esta foto ya éramos más mayores e íbamos al colegio de la Inmaculada, en la esquina de Calixto III con Juan LLorens.

jueves, 25 de septiembre de 2008

El hombre que no pudo escribir


Se me ha ocurrido hacer un post sobre Campanar, después de casi once años viviendo aquí, lo que me pareció, como está ahora, en qué ha cambiado pero luego he pensado que no, no me apetece, otro día lo haré. Un momento después me ha venido a la mente escribir sobre algo que le pasaba a mi abuela materna durante sus últimos años. De pronto se encontraba mentalmente como si estuviera en 1941, 1956 ó 1974. Me llamaba mucho la atención, probrecica mi yaya, y me entristecía pero al mismo tiempo me hacía gracia. Me imaginaba a mí mismo en esa situación (aunque no creo que llegue), en el año 2043 y despertando como si fuera 1983, 1997 ó 2008. En fin, tampoco me apetecía divagar sobre eso, quizás otro día. De repente me he acordado que llevo meses pensando en hacer una entrada del blog sobre El hombre que quiso reinar, collons, pero me gustaría volver a verla antes de hacerlo, aunque sea por vigésima vez, así que no, hoy no, otra vez será. Recuerdos, tonterías, chistes, fracasos y ratos perdidos se agolpan a la salida de mi memoria para entrar aquí pero no tengo ganas de nada en concreto. Sin demasiadas ganas de nada pero éste es mi ánimo muchachos...

domingo, 21 de septiembre de 2008

El payaso Cuchillete cantando el blues


Llueve pero sigue haciendo calor, el calor y yo no hacemos buenas migas. Creo que esto es una lucha a muerte y sospecho que ganará él. En mi combate permanente con los ardores, encontré a mi mejor aliado en el aire acondicionado. Deberían hacerle un monumento al tipo que lo inventó, ese sí que se lo merece y no otros. Después de decirle a mi hija 7.456 veces que debe cerrar la puerta del comedor cuando esté puesto sólo ese artefacto bendito, la puerta seguía abierta. Le dije con cierto énfasis que la cerrara y apareció Rosario, últimamente le llamo Rosaurio, pues la mala leche le hace parecer un terrible lagarto, y me acusó de hablarle mal. Así que puse voz de payaso, abrí los brazos y le dije: "hola amiguitos, el payaso Cuchillete os recomienda cerrar la puerta cuando el aire está encendido y si Dido no lo hace, Cuchillete está perdido". Mi hija se rió mucho pero la puerta siguió abierta. Ahora sigue sin cerrarla pero me pide que le haga la actuación de payaso...
Y aquí tengo una importante pregunta que hacer: ¿la versión en castellano de Singin' the blues era de los Llopis o de los Teen Tops? Recuerdo gran parte de la letra pero no de quien era. ¡Ay amigos¡ estas grandes dudas no me dejan vivir en paz. Las tinieblas de mi ignorancia cubren este dato, espero que algún alma caritativa me saque de mi angustia.



sábado, 20 de septiembre de 2008

El Cuchillo Solitario


Otra semana más, todas raras, todas extrañas. Mi madre va recuperándose del accidente, poco a poco. Menuda se ha montado en el blog de Serch con los comentarios de JUGGEND ADLER, buf, es que hay gente que no lo conoce y llama más la atención. También me llamó Paco Orozco para comentarme lo de su boda, la cosa está complicada, al ser un jueves, al menos para mí. Me apetecía releer la autobiografía de Michael Caine, qué divertida es. Siestas desastre, trabajo duro, el calor que no se va, algún vídeo grabado, un poco lo de siempre. Hoy El Jefe Cariño no está en Valencia, no habrá salida. No importa porque así la próxima la cogeré con más ganas. No hay como dormir una noche en el suelo para apreciar tu cama en su justa medida. Igual deambulo un rato con la moto después de cenar o puede que me levante el domingo temprano y la dé entonces, que también me gusta. Hace unas pocas semanas el Jefe Cariño estaba enfermo, fue cuando grabé aquella improvisación de blues fumándome un purito. Bueno, me levanté pronto el domingo y di una gran vuelta con la moto, en un semáforo en rojo estaba parado dándole unas chamadas a otro puro y unas tías que estaban al lado en su coche dijeron; "parece Terminator". Preferí no mirar pero luego me reía, aunque no sé si es un piropo o un insulto, pensé que no debía quejarme en ningún caso. Debería haberles dicho: "pues espera que refresque y me ponga la chupa de cuero..."

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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