martes, 16 de febrero de 2021

RELATOS. EL MAESTRO KIBO

 RELATOS PARA MATAR EL RATO.

                                          Hoy presentamos:

                                                                EL MAESTRO KIBO

Una fina capa de polvo rojo africano, proveniente del desierto del Sahara, cubría mi minúsculo coche blanco japonés. Enganchada al limpiaparabrisas, una octavilla impresa por una sola de sus caras.
Allí se anunciaba el maestro Kibo, garantizando que en 72 horas, era capaz de: hacer volver a la persona amada, solucionar problemas conyugales, proteger del mal de ojo o mejorar la potencia sexual. También hacía prosperar en los negocios, dejar vicios tales como el alcohol, tabaco o drogas, enderezaba la salud y muchas más cosas que ya dejé de leer. Con un teléfono y un horario, afirmaba ser serio y confiable. Había mucha información en un trozo de papel tan pequeño.
Yo silbé Love potion number mine mientras tiraba el papelito a la papelera.

No mucho después de esto, apenas unos días, yendo al supermercado, vi a un individuo que me pareció senegalés, de unos 40 años, rozando la obesidad mórbida y vestido con una túnica de vivos colores, del amarillo chillón a un morado intenso, se dirigió a mí cordialmente y me preguntó por una clínica, llevaba un rato dando vueltas. Iba a hacerse una PCR y no encontraba la calle. Estaba sudando ansioso y en su mirada noté su miedo danzando al son de los tambores del pánico. Por supuesto que le indiqué lo cerca que estaba y las gracias que me dio sonaron correctas pero angustiosas. Le llamaron en ese momento y cogió su móvil, su voz era fuerte y clara, de repente, llena de autoconfianza y seguridad: "Sí, soy el maestro Kibo, ¿en qué puedo ayudarle?"

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Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph. Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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