Una foto de dos cosmonautas en Favara para iniciar este post. Fue un gran día, otro más, 2018 ha sido un año increíble y ahora vamos a por el 2019. La actuación en Cresol 66, de categoría, nos dieron dos fechas más para febrero. Vino a vernos Juan el francés, charlamos mucho, nos dijo que le gustó, es un gran músico. Comimos en Favara, ya de vuelta, eran las cinco de la tarde, y aún nos hicimos una cerveza por Valencia y hoy nochevieja, nos vamos al Culture of Beer. Estas fechas me traen muchos recuerdos, no todos buenos, pero hay que pasarlas, no me quejo, la vida sigue. Escribiría mucho más pero no tengo tiempo.
Despidiendo este 2018 con salidas, ensayos y actuaciones, no puedo quejarme, los dedos me duelen de tanto tocar pero me llena el alma. Ayer fue, una vez más, muy divertido, tras el ensayo de Jukebox, quedamos en la Valero, Serch, Luis y yo, cenamos en a menos cuarto y de ahí a LEDO, muchas risas y para casa, al día siguiente había que madrugar. Quedamos pronto en el Consum de Cheste, hemos pasado el día almorzando y tocando, muy buen rollo, hemos grabado este vídeo para ir creando ambiente, no os dejéis apabullar por los datos, iremos informando. Mañana a Pedreguer, el lunes a Paterna. Este 2018 ha sido la repera limonera o algo parecido, creo que ya lo he dicho, me repito, pero es la verdad y ahora a por el 2019, espero que me pasen muchas cosas buenas, que no falte el trabajo y que pueda superar lo malo y de paso os felicito a todos los que leáis esto, de todo corazón, lo mejor de lo mejor.
Haciendo las cosas al reves, inside out, una vez más. Después de muchas actuaciones, hicimos nuestro primer ensayo, justo al contrario de lo habitual en estos casos. Excursión al sur, con almuerzo en Favara, estación interestelar, en lugar de en vehículo lunar, hicimos el viaje en el transbordador espacial de Marcos, el bajista con nombre de evangelista. Repaso a los temas y arroz negro con allioli, a este paso voy a subir de peso, tendré que resistirme. Inmortalicé el momento en que Esponja bebió agua, con una fotografía de tamaño acontecimiento.
Ayer pequeña Sali/da, con un gran encuentro con una excelente tapa de ensaladilla rusa, soy fanático, también queso camembert frito con mermelada de arándanos, delicioso. Agradable conversación, los viejos días de escuela, profesores pintorescos, anécdotas varias. Acabamos en Mislata, viendo y escuchando un dúo de jóvenes que hacían versiones de The Beatles, con el gran Serch, muy agradable, la música en directo da vida. Serch me ha copiado la idea de gafas sin cristales, allí estaba muy simpático como siempre. Paramos a ver una pintada, recordaba que me había gustado pero no me venia a la mente el texto. Lo leímos, me dijeron que me lo enviaban por watsapp, para no olvidarlo, no, no hace falta, no puedo olvidar algo dos veces: "Yo no guardo rencores, todo lo pierdo".
Cené con mi madre, hizo un asado delicioso, cenamos pronto, el resto del mundo o casi, celebraban la nochebuena, eso dicen, nosotros nada, bajé a dar una vuelta, eran las diez de la noche. Había una calma que me llamó la atención, las calles desiertas, ni un coche circulaba, silencio prácticamente absoluto, escuché desde mi esquina tañer las campanas, pensé que eran las de la iglesia de Campanar, pero estas sonaron unos segundos después, las reconocí, las primeras eran otras. Bastante frío para ser Valencia y mucha humedad, encendí un purito y vagué, un pie primero, luego el otro, echando unas caladas y pensando. Nuevo proyectos en el horizonte, a través de gente que tiene un buen concepto de mí como músico y persona, un año nuevo al volver la esquina, tras tantos años increíbles, nuevas perspectivas para el 2019. El día de navidad a la Pobla de Farnals, mi cuñado hizo un suquet de peix digno de estar en la mesa de los dioses, qué sabor, me sentí en el mar, acompañando a Hanón en su periplo o a Elisa en su búsqueda errante del lugar donde fundar una nueva ciudad. Por la tarde una larga conversación telefónica, visitando el pasado, intentado dar un discurso coherente, manejar tanta información, aportar datos útiles que faciliten la comprensión ajena. Como siempre el pasado es un guerrero formidable, cuesta mirarle a los ojos y mantener la mirada, pero lo hago, sin miedo y quizás con algo de rabia. Con armas defensivas y ofensivas se puede luchar, parando los golpes con el escudo, usando la espada, no resulta sencillo pero tampoco es fácil ya herirme. Fortaleza interior, espíritu de combate, respeto también, somos consecuencia de él, nos enseñó a base de golpes. Hoy en Turis, charlando con el tío Paco, de chofeur, nuevas tarjetas para The Roller Coasters, aparco en zona azul y corro a comprar el pan que quiere mi madre, lejos de casa, llamadas, encuentro con Luis, probaré ese compresor, veo los primeros rayos del 2019, como un sol naciente.
Tras tantos años en el mundo de la música sigo haciendo cosas nuevas y que me hacen ilusión, que es lo mejor. Como iba a tocar a línea, no llevé ni ampli, me fui a tocar al café Borneo en el bus, el coche de línea que decía mi padre, cargado con el bajo Rickenbacker de Sergio y con ganas de devolvérselo ya. Mola ir a tocar en autobús, aunque una vez, hace como once años, fui a tocar en moto. Me llevaron el equipo, llegué, bajé de la moto, probamos, tocamos, me subí a la moto y volví a casa, me sentí realmente genial.
Pero voy al lío, fui con tiempo de sobra, Laurent me invitó a un cortado tocado de whisky sin alcohol, esperé a los muchachos, llegó Kike, charlamos. Hizo una paella bretona a la altura o por encima de muchas valencianas, gran éxito culinario, comimos en camaradería, probamos sonido. Fue llegando la gente, el sol ya estaba caído, me había llevado unas gafas de sol, regalo de una chica, y ni corto ni perezoso, procedí a quitarles los cristales oscuros, ya tenía mis gafas tributo a Buddy Holly. Me puse a hacer el payaso Cuchillete, hablaba con la gente, ay, ahora llevas gafas, entonces me metía el dedo y me tocaba el lagrimal y todos decían, no llevan cristales. La actuación muy animada, el grupo empujando con fuerza, impreciso pero potente, la gente llena el local entregada, fue muy divertido, muchos colaboradores, incluyendo a Esponja. Estaban por allí Serch, ResMex, Luis, Toni Ricor, Pacobeat, Brian, Ester y muchos más amigos. Al terminar, que costó salir de allí, colocamos el bajo en el vehículo de Serch y cogí mi cable, mi correa y mi afinador, no se puede acabar una actuación llevando menos cosas.
El cable fue en mi mano hasta el final de la noche, me acercaba a la gente y les decía, si queréis os echo un cable. Cenamos cuatro gaticos pequeñicos, hablando sobre el salvaje mundo del R'n'R, hambuguesas y bocadillos, Toni se va, el resto al Volander, el bandido y yo caminando, Luis en moto lunar, para ver a David M. Tormo. Allí están Sali y Cristina, subimos a hacer un Why don't we do it in the road, Serch y servidor, hacemos el trenet detrás de David cantando por todo el local, nos reímos, sigo haciendo la broma de las gafas, se las pongo a DMT en el escenario, abrazos, dedicatorias.
Nos vamos al Novelty, esperamos a un taxi en la avenida del Cid Campeador, cuando llega uno, unos espabilados procedentes de un país lejano le echan morro y salen corriendo para cogerlo, no vale la pena discutir... pero el taxista pasa de ellos y nos recoge a nosotros unos metros más adelante, nos partimos de la risa. Llegamos al Novelty, Cris, Sali, Serch y el hombre de las gafas sin cristales y el cable en la mano. Allí están Perla, Ester, Mary Lou, Yoli, Vicky, bailamos, alguien me pregunta si Serch es de fiar, hombre, es mi amigo, con eso te lo digo todo. Salimos Sali y yo, cuando volvemos Serch está arriba del escenario, atacando con The Wanderers el I saw her standing there en Re, mira, no es de fiar, salgo dos minutos y ya está en el escenario sin mí. Bailamos, bromeamos, llega Marilo, hombre, tú eres Santi, eres más guapo en persona que en Facebook, sí, digo yo, y también más alto. Mary Lou me dice, sal a tocar Cuchillo, me acerco a Vince y le digo que soy una joven promesa y pido una pequeña oportunidad, me invita al escenario. ¿Qué hago? Recuerdo las gafas de Buddy Holly en mi bolsillo, me han dejado una Strato, está claro, me marco Peggy Sue, muy motivado, se me olvida dedicarla a Sali, soy un desastre. Me felicitaron muchos, se ve que gustó, a ver si consigo alguna foto, me hace ilusión.
Más risas, volvemos a casa, desde el final casi de Mislata hasta casa, caminando, alguien coge un taxi, hablamos sobre la vida, acompaño a Sali, sus tacones resuenan por las calles vacías, mis pies, con los viejos creepers que me regaló Paco Seguí, que no son los más adecuados para caminar tanto. Cruzo el puente de Campanar, hace frío y una humedad salvaje y homicida, en uno de esos momentos en que algún pensamiento asesino -contra mí mismo, por supuesto- viene a por mí, ¡alto ahí, truhán¡ ya está bien, las medusas viven sin cerebro y yo sin corazón, ha sido un gran día, llego a mi cama a las cinco, no voy a dormir mucho...
Domingo, ensayo con Jukebox, salgo de allí pitando, a comer con mi familia materna: "¡Estás muy delgado Santi¡".
Reparo un aplique de luz de mi madre, entre mi mala vista, mi pulso regular y lo pequeña que era la llave, me he sentido al terminar como si hubiera pintado la Capilla Sixtina pero lo he enchufado y funciona, menos mal. En el banco, falla la banda magnética de la libreta, delante de mí un solo tipo, pero trae un problema de difícil solución y tarda sus buenos 20 minutos. Miro al cajero del banco, para mí el marciano es él, calvito, gordito, con su bigote, un tipo ordenado que habla un correcto valenciano popular, debe ser un poco más joven que yo, también tendría sus sueños, sus metas, su pequeño corazón, guardará sus secretos y sus fracasos, es correcto en el trato, un profesional, merece un respeto, como cualquiera, vista como vista, trabaje en lo que trabaje. Al salir me encuentro con el Gallo, me invita a un café, mundo rockin', mi madre me llama, tengo que subir a hacer algo, vale, ahora voy. Mientras hacemos la cama pongo una grabación mía en la tableta, pensando como resolver ese instrumental a medio hacer. ¿Quién es ése que toca tan bien, Santi? Soy yo mamá, estoy trabajando en ese tema y necesito ordenar la estructura, pues es muy bonito, gracias mamá. Me llama Paco, está por la zona por un tema médico, le acompaño, me dice qué raro verte sin afeitar, sí, estoy un poco raro, vuelvo a casa, mi madre ha hecho "arroz que todo lo cura", charlamos durante la comida. Vengo a casa, mi hija enciende una barrita de incienso. Subo un vídeo que quizás no debería subir, tocando regular en casa e interrumpido por mi madre, pero me hace gracia. Esta tarde he quedado con alguien, mañana por la mañana también, para almorzar, seremos dos o tres, luego al Borneo, comeremos allí, luego concierto, después igual salimos a liarla, domingo comida familiar, luego tal vez visita al Folsom. El 27 posible actuación en Valencia, el 30 a Pedreguer, el 31 en Paterna, se acaba el 2018, la gente va felicitando, comienza otra navidad, me siento un momento al sol, ahora que está débil lo soporto, me miro las piernas, muy delgadas, puedo enroscar una pierna contra la otra y cruzar el pie detrás, no recuerdo que antes pudiera hacerlo, es algo extraño.
Este sábado 22 de diciembre estaré en el Café Borneo con el bajo, como miembro itinerante, colaborador o lo que sea con Los Portuarios. Siempre dispuesto para tocar viejo R'n'R. Concierto vespertino de bienvenida a la navidad, justo en unos días que, hasta no hace tanto, apenas tres años, solía pasarlo mal por la cantidad de trabajo que se acumulaba. Pero la vida va cambiando, son ciclos, a veces cortos, otras largos. La dichosa navidad trae consigo recuerdos de todo tipo.
Una canción que escribí hace unos años, sobre un episodio que parece ser no del todo real pero que refleja la reputación de verdugo de Rodofo Fierro (1880-1915) Hice un párrafo más, en el que decía que todos los bandos cometen atrocidades pero lo he eliminado para esta grabación, creo que sobraba. Nunca la he tocado en directo, ni la he grabado hasta hoy. Supongo que en la producción de un modesto compositor como yo es un tema menor, que es como decir que hay partículas subatómicas o algo así. El caso es que la hice y alguna vez, muy de tarde en tarde, la recuerdo, la grabé, como una deuda que tenía conmigo mismo, ya que perdí un rato haciéndola...
Una tarde del octubre pasado, estaba en el café Borneo, la tristeza vino a por mí y me llevó a casa de la mano. Al llegar cogí la guitarra, había vuelto pensando en un día que visité el parque natural del Montgó, un día en que sentí que había música en el aire y que mi corazón estaba eufórico, un día que parecía para enmarcar y colgar en la galería de los mejores días de mi vida y que mucho más tarde, procesando el pasado, vi que había que descolgarlo y lanzarlo al contenedor de la basura. El caso es que la música que sentí flotar en aquel aire del Montgó me llegó a los dedos de una forma mágica, no pensé en un fraude, sólo en lo que yo sentí en ese momento, y fue como si la tristeza me dictara esta melodía. No sé si es buena o mala, no tengo ni idea, sólo sé que fue algo mágico y que a mí me gustó. Cuando pensé en un título me vino éste a la mente, a pesar de que ese día había miles de mariquitas por allí y hacía un día espléndido, pensé en la lluvia, borrando las huellas de esos pasos perdidos.
Fin de semana entretenido, dando tres conciertos y asistiendo a dos más. Habría muchas cosas que contar, si tuviera ganas, pero no tengo demasiadas ganas de escribir y no me apetece hacerlo sin ganas. Lo mejor es que allá donde vamos hacemos amigos y recibimos felicitaciones.
Fuimos a la inauguración de una tienda de pinturas, para amenizar, había manjares en las mesas, lleno de público, platos enormes llenos de diferentes quesos. Montamos la paraeta, foto del bodegón, dos excelentes guitarras, un par de buenos amplis. La gente hablaba y hablaba, nosotros tocábamos, entre el murmullo general, muchas miradas, labios cantando las canciones, siempre hay gente que atiende. Me hace gracia, como tantas cosas en la vida, me miran las botas con espuelas, no se cortan en señalarlas con el dedo, noto que comentan que llevo corbatín de bolo con punteras en el cuello de la camisa. Me miran como a un marciano, como si hubiera llegado de otro tiempo lejano Una mujer muy atractiva me mira, sonríe, me recuerda a alguien, qué vida esta. David, pues como siempre, lleva una camisa impresionante, toda llena de Grestch y Stratos, muy chula, sus botas y además se ha afeitado y cortado el pelo, se ha dejado patillas de arponero, gran cambio de imagen. Sonreímos sin parar, cantamos, entrechocamos los puños, la cosa va bien, nos hidratamos. Esponja hace las intercalaciones en las letras habituales, todo gira alrededor de las pinturas, nos reímos. De vuelta al vehículo lunar II, paramos en el Desván a tomar algo, hace frío y humedad, hoy será un día intenso, así que de allí a casa, miro un poco el móvil, apago la luz, miro al techo, cierro los ojos ¿por qué me miraba así aquella? intento dormir, esperando que no aparezca en mis sueños.
Salimos los muchachos a celebrar mis 55 años en este extraño planeta. Hicimos lo habitual en estos casos, encuentro en la Valero, cena en A menos cuarto, vino y colesterol, no pedimos croquetas, ni 100, ni una, copichuelas selectas en Oresnes/Orense y jam en LEDO. Cantando: "Tres gaticos pequeñicos", poniéndonos al día de dolencias, visitas médicas, dolores propios y ajenos, actuaciones, chicas, trabajos, lo de siempre, y como siempre, grandes amigos juntos y disfrutando.
Hoy cumplo 55 años, nunca pensé que llegaría tan lejos. Miro hacia atrás, observando diferentes fracciones de tiempo, este último año, de 54 a 55, ha sido asombroso, desde cinco años atrás o quizás quince, es como asomarse a un precipicio, da un poco de vértigo. Mas aquí estoy, ¡por la gloria de Cartago¡ resucitado, con ganas de luchar, armado hasta los dientes con mis pequeñas cualidades y cargando mis grandes defectos pero aún en la brecha, al pie del cañón. Tengo cicatrices, recuerdos de batallas perdidas, las peores me las causé yo mismo, haciéndome daño de forma deliberada, quizás pensando que así extraería todo el dolor de mis entrañas pero también algunas medallas, de prodigios de valor en situaciones extremas, superando obstáculos que parecían insuperables. Y ahora, con todas las ganas, a llegar a 56, me siento fuerte, joven, duro de pelar, experimentando en la victoria y el fracaso, tan tonto y tan listo como casi siempre, intentando ser buena persona, no darle asco a nadie. Esa es mi gran fortuna.
Este último fin de semana con 54 años ha sido tremendo, lleno de anécdotas y buenos ratos. Ahora mismo, un lunes por la mañana en que acabo de llegar del hospital de una visita con mi madre, esos recuerdos pugnan por salir a flote, a base de codazos y mordiscos, todos desordenados, como en un tienda de objetos antiguos o en uno de esos cambalaches de los que hablaba Discépolo en su famoso tango. El tiempo me come y ya tengo hambre, así que no sé si ordenarlos o dejar que salgan como en estampida.
Viernes actuación en El Desván, en un cumpleaños, vino Luis, sonó muy bien, con Marcos, Sergi, Esponja y yo mismo, fue divertido, buena comida, buena bebida, buen ambiente, buen público, buen aparcamiento y tocamos muy bien, sonó de categoría. Acabamos pronto y nos pasamos por LEDO, llegué tarde a casa, a las cuatro, con la satisfacción del deber cumplido.
Apenas dormí unas tres horas y me fui a comprarle el pan a mi madre. ¿Dónde? Pues muy lejos de casa, porque para ella, la distancia acentúa el sabor de los alimentos, así que fui caminando, acompañado de los pensamientos que siempre van conmigo y al llegar al horno... allí me esperaba David, con el que había quedado. Volvimos caminando y a almorzar a Campanar, otro de nuestras largas charlas sobre lo humano, lo terrenal y lo divino, nos despedimos con un abrazo y quedamos para la tarde. Fui a por la moto y a comprar un medicamento para mi madre, la dependienta de la farmacia 24 horas es un poco estúpida, que sea fea y gorda me da igual, pero qué poco amable, por la gloria de Atenas. Mando un mensaje a una chica, mientras lo estoy grabando, es uno de voz, se me acerca un tipejo y me pregunta la hora, insiste, vuelve a insistir, paro de hablarle al móvil, Vamos a ver, no ves que estoy ocupado, maldita sea, qué falta de educación, le digo la hora, el tío sigue, menos mal que soy pacífico. Recogí al tío Paco y nos fuimos al Borneo, actuaba el gran Darty con su guitar show, subido bien alto, es un gran tipo, mucha gente, muchos conocidos, haciendo vida social, ¡un solitario entre la multitud¡ Chicas guapas y muy atractivas y más vistiendo estilo rockin' o motero, tengo un par de actuaciones en los próximos días allí, en el café Borneo, me encanta pasar la tarde en mi ambiente, suponiendo que tenga un ambiente en este planeta azul, que no estoy muy seguro. Al cabo de una hora y pico, el trabajo me llamaba, subimos a la moto, dos viejos cuervos, y fuimos a por el vehículo lunar, esperamos a una chica, siempre llegan tarde y nos fuimos a la Fuente del jarro.
Era el cumple de David, actuación y celebración, vinieron Pacobat y Serch, muchos músicos desfilando por el escenario, gran jam, me divertí, soy un privilegiado, rodeado de amigos y haciendo lo que me gusta, cenando juntos, diciendo tonterías. Me hice una foto con Silvia y el bebé de un bateria y pensé en ponerla en el estado del whatsapp, una pequeña broma para divertirme, a ver qué dice la gente... así ha sido, me he reído un montón. Salgo fuera con el tío Paco a echar un poco de humo, se acerca un calé y me dice: "Tú eres gitanico también, ¿verdad?" No lo soy, contesto yo, al menos que se sepa, pero podría serlo, soy músico que es algo parecido. Esto se está haciendo muy largo, voy a ir resumiendo más. Nos fuimos a LEDO, allí nos esperaba Sali, luego vino David/Esponja, me hizo una foto con los muchachos de los Dalton, grandes tipos, repartí la gente, el vehículo lunar lleno, llegué a mi cama muy tarde, puse el despertador a las ocho, apenas iba a dormir, y luego a Pedreguer.
Concierto vermut en el Cresol 66, el sol picaba de valent, allí junto a esa carretera, un pensamiento me llega como un mosquito peleón, lo aparto de un manotazo. Gustó mucho y nos dieron otra fecha, es la mejor noticia para un músico, nos vio Néstor y le gustó mucho, nos felicitó, alabó mi forma de tocar, quieras que no... soy una joven promesa. Llevo a David a Denia, más abrazos, le digo, muchacho, muy feliz cumpleaños, te abrazo más que a nadie últimamente. Vuelvo a casa, la noche me envuelve, mucho tráfico, estoy cansado, tengo sueño, paro en Favara, hago una foto. Ni rastro de mi antiguo corazón, sigue orbitando por allí, hecho pedazos, un día tendré que recogerlo y llevarlo a casa conmigo, por unos segundos pienso en él, es triste tenerlo allí. ¿Alguna vez quien lo rompió pensará que no debía haberlo hecho? No tiene importancia, no se puede cambiar el pasado, todos tenemos uno, todo el mundo siente dolor, yo soy una mota de polvo en un castillo derruido por el tiempo, no tengo tanta importancia, soy sólo un pobre guitarrista, nadie importante.
Mis amigos me llaman Cuchillo o el tío Santi. Escribo canciones y toco la guitarra, también canto. Desde que era joven hasta ahora que no lo soy he tocado en grupos como Los Cuervos, Los Relevos, Morcillo y los Rangers, Los Brujos, Bandoneón, The Dancing Cansinos, Rocky Raccoons, Fort Mapache, Jukebox, Los Portuarios, The Mapaches o The Roller Coasters. Soy el guitarrista que no sabía cantar, el motorista al que no le gustaba correr, el lector de la Biblia ateo, puede que el tonto más listo del mundo, el padre de Dido o el hijo de la Yeyes. Como suele aparecer en algunos sobres de azúcar, hay que buscar los buenos ratos porque los malos se presentan ellos solos. Me gusta mucho leer desde niño, cocinar, tocar la guitarra y escribir canciones, navegar sin rumbo por la procelosa red de Internet, la historia y la música, el cine clásico y me gusta mucho reír, también escribir en mi blog, salir con mis viejos amigos o dar vueltas con mi Triumph.
Como dijo Lennon: "la vida son las cosas que te pasan mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" Así que intento no hacer planes nunca, sólo quiero estar a gusto sin molestar a nadie. Si lo consigo o no, tendrán que decirlo los demás.
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